Javi Valera: «Si pensase que soy gracioso, mi creatividad habría muerto; creo que busco la aprobación de los demás con chistes»
«Considero que soy un 99,9 trabajador y un 0,1 estafador que ha conseguido colar a la gente que tengo talento»
Las páginas de este diario no le son ajenas a Javi Valera (Murcia, 1982). El subdirector del programa de televisión del que más se ha ... hablado en este país en los últimos doce meses, 'La Revuelta', que presenta David Broncano en TVE [el salto a la televisión pública de 'La resistencia'] puso su firma hace algún que otro lustro, en LA VERDAD, curiosamente, también en las páginas de esta sección, Vivir. Eso fue durante su etapa de becario, tras cursar Comunicación Audiovisual en la UCAM –«las matrículas eran bastante más baratas de lo que son ahora y trabajé para ayudar a pagarme la carrera»–. Un tiempo en el que también compartió micrófono con la actual alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, que en ese momento trabajaba en Punto Radio, y experimentó con la televisión en la extinta Canal 6 de Murcia. Sin embargo, fue tras su paso por Onda Regional cuando, gracias a una compañera, descubrió un Master de Guion en Madrid. Así se inició en una profesión que le ha llevado por ejemplo, a trabajar en radio y pódcast ('Buenismo bien', Cadena Ser), dirigir la docuserie 'Medina, el estafador de famosos' (Prime Video) y escribir para 'El Intermedio', 'Late Motiv' y 'La resistencia' entre otros muchos programas. Es el autor de muchos de los chistes que se han escuchado sobre Murcia. Este verano ha pasado unos días en Pontevedra, tierra de su pareja, junto a su bebé, Oliver.
–¿Murciano, murciano?
–Sí, soy de Murcia, Murcia, del Infante. Mi vida estaba a caballo entre el Infante y el Carmen. Vivía con mi madre en el Infante e íbamos casi a diario y pasaba los fines de semana en casa de mis abuelos, en el barrio del Carmen. El colegio, Mariano Aroca, en el Infante; y los pasteles de carne, en el Carmen. Lo mejor de cada sitio.
–¿Qué le hizo decantarse por la comunicación?
–No tenía nada claro. Un par de años antes de Selectividad yo estaba en ciencias puras, me cambié en el último momento. Al final me dio por guion por alguna de las asignaturas del instituto, ¡fíjate!, los profesores valen mucho, hay que valorarles más. En una asignatura en la que veíamos películas, un profesor me estimuló bastante y me di cuenta de que las pelis se escribían y que eso me apetecía, me podía llamar la atención y, sobre todo, que eso podía ser un trabajo. Lo que más necesitan saber los chavales es que hay cosas que les gustan y que pueden ser su trabajo. A veces pensamos que algo nos encanta pero que hay que buscarse un trabajo de verdad y no, quizás puedes centrar tu vida en lo que te gusta, ya que le vas a dedicar demasiadas horas a trabajar. Nos suelen animar a realizar las profesiones que tenían salidas cuando los padres eran jóvenes, pero ahora ni siquiera funciona así. Mira las revoluciones que hay ahora en el mundo laboral; quien le iba a decir a la gente que estudia Filosofía que de repente sus estudios iban a tener salidas, a raíz de la inteligencia artificial. Nunca se sabe.
En tragos cortos
-
Un sitio para tomar algo Las marineras, que son lo mejor del universo, en el Café Bar de Murcia.
-
Una canción 'Juancarlista', de Parquesvr.
-
Un libro para el verano 'Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer', de David Foster Wallace.
-
¿Qué consejo daría? Los helados siempre en tarrina, nunca en cucurucho [ríe]. El cucurucho parece una muy buena idea pero luego no lo es.
-
Un aroma El cedro
-
¿Con quién no cenaría jamás? Con una persona que tenga responsabilidad política de Vox.
-
¿Le gustaría ser invisible? ¿Es que acaso no lo soy? Soy guionista, llevo el 90% de mi vida siendo invisible.
-
¿Quién dejó de caerle mal? No hay muchísima gente que me caiga mal. Eso sí, Netanyahu nunca dejará de caerme mal.
-
¿Qué le gustaría ser de mayor? Una persona que sabe lo que quiere ser de mayor.
-
¿Tiene enemigos? Me odio tanto a mí mismo que es absolutamente imposible que nadie me odie más. No tengo enemigos porque siempre me caigo peor yo.
-
¿Qué es lo que más detesta? La hipocresía, más en concreto la rama de la hipocresía que conlleva autoconvencerte de cosas en las que no quieres pensar. Como quien busca argumentos para no decir que lo que está pasando en Gaza es un genocidio que tenemos que parar.
-
Un baño ideal En el Mar Menor.
–¿Una vez se inicia en el guion, sabía que se dedicaría a escribir comedia?
–A mí me flipaba el cine y quería escribir una peli pero, en paralelo, me gustaba muchísimo la comedia. Descubrí el 'stand up' un verano en Canal Plus y me gustó. Luego descubrí que esas dos cosas se podían unir, ser guionista y escribir chistes.
–¿En qué momento se dio cuenta de que era gracioso?
–Me estoy dando cuenta ahora mismo, porque me lo estás diciendo. Si pensase que soy gracioso, mi creatividad habría muerto, porque no me esforzaría más. Yo creo que no lo soy y cada día me esfuerzo un poco más por intentar serlo. Creo que, en cierto modo, igual soy un poco pesimista, pero hay una falta de amor propio que hace que busque la aprobación de los demás con chistes. Y eso me ocurre desde niño. Yo recuerdo grabar, en estos radiocasetes de doble pletina, informativos satíricos o 'sketches' que me sabía de memoria. Me gustaba mucho la comedia y estar contento. Luego descubrí que era un niño bastante depresivo y que esto, por lo menos, me alegraba. Ahí supongo que descubrí que estaba cómodo haciéndolo. Luego, cuando vi que me contrataban por ello, deduje que se la estaba colando a la gente. Y así hasta hoy.
–¿Cuánto hay de talento innato y cuánto de trabajo?
–Va oscilando muchísimo. Yo conozco a mucha gente con mucho talento que trabaja poquísimo, que evidentemente son las personas a las que más admiro. Yo considero que soy un 99,9 trabajador y un 0,1 estafador que ha conseguido colar a la gente que tengo talento. Es verdad que en la profesión hay dos bandos. Uno es el mío, que soy un guionista profesional. Yo he escrito para muchísima gente y para ficción también. Soy bastante artesano y creo que he sabido adaptarme a lo que me van pidiendo. Luego hay otras personas que son seres de luz, que tienen una personalidad tan clara y distinta que no les puedes pedir otro tipo de comedia que la que ellos hacen. Yo me he ido adaptando.
Sin autocensura
–¿Ha cambiado mucho la comedia desde que se dedica a la profesión?
–Muchísimo. Y, a diferencia de mucha otra gente, te diré que ha cambiado para bien. Ha cambiado porque hay más voces, principalmente. Internet democratiza y da voz a muchos, pero no jerarquiza. Ahora hay muchas más cómicas mujeres y más cómicos racializados, LGTBIQ+... Todo esto aporta infinito, porque son otros puntos de vista. Luego hay cómicos que se quejan de que no te puedes reír de cosas. Pues si no te puedes reír de eso, ríete de otra cosa, trabaja un poco.
–¿Cómo ha vivido el salto de Movistar+ a la televisión pública y el 'boom' que ha supuesto la llegada de 'La Revuelta'?
–A mí, de primeras, me impactó bastante. Era muy extraño. Yo he estado en muchos inicios de programas de cero. Ahí puedes asumir que haya un poco de ruido, pero aquí llevábamos ya cinco años trabajando en 'La Resistencia' que era un programa del que se hablaba en ciertos círculos, no era completamente desconocido. De repente nosotros seguíamos haciendo lo mismo y hubo una especie de 'boom' informativo raro. Se convirtió en una cuestión de Estado; ya hablaban hasta los políticos de ello. Me parecía bastante gracioso y desmesurado que, con las cosas de las que hay que preocuparse, la gente se preocupase de eso, pero en el fondo creo que es lícito. Estamos en una televisión pública, la gente puede opinar perfectísimamente sobre absolutamente todo, pero tengo que decir que me sorprendió. Ahora ya no tenía que explicar donde trabajaba, pero hay gente que se creía que Pedro Sánchez me estaba mandando 'guasaps' con los chistes.
–¿Se han autocensurado durante estos meses?
–Honestamente, no. Sé que va a sonar fatal, pero no ha habido nada de autocensura real. Me explico, sí que hay una autocensura lógica, pero es por el cambio de horario, no por estar en la tele pública. Nosotros antes hacíamos un programa a las 11 y pico / 12 de la noche que luego se veía en 'streaming'. Lo podían ver niños, lógicamente, en Internet, pero no estaba dedicado a ellos. Aquí tenemos el programa a las 9.30 de la noche y desde el primer momento dijimos que había ciertas cosas que no íbamos a escribir, pero simplemente por el público. Yo insisto pero, como para mí la comedia es creatividad pura, cada vez que teníamos una posible cortapisa, yo lo veía como una mina de oro de comedia. Para nosotros, el hecho de estar en la tele pública con a) horario infantil y b) un gobierno social-comunista pagándonos, según interpretaban muchos, me parecía una cantera de comedia. Nuestro programa arrancó con Grison enseñando un tatuaje de Pedro Sánchez en el pecho. Hemos hecho todos los chistes posibles sobre eso y ahora hemos cerrado temporada haciendo todos los chistes posibles sobre Ábalos, Santos Cerdán y Koldo y vamos a seguir así. De momento, nadie nos ha dicho nada.
–¿Cómo es su día a día en el trabajo? ¿Tan divertido como puede una imaginar?
–Nos lo pasamos muy bien. En 'La Resistencia' y 'La Revuelta' tenemos un sistema de escritura bastante peculiar. Es un programa muy de ideas, de chispas de gente brillante, que son los y las guionistas que tenemos, gente increíble, y de cómo colisionan esos chispazos. Hay que estar en esas reuniones en las que a un guionista se le ocurre una cosa, otro la escucha y aporta otra cosa, y ahí surge la magia. Estos son de los momentos en los que mejor me lo he pasado en mi vida, posiblemente. ¿Qué pasa también? que es un programa diario que casi va en directo, Grabamos justo en el último segundo para que ese programa se pueda emitir. Pues siempre, en el último momento, puede pasar algo.
–¿Qué puede pasar?
–Tenemos escrita una sección de calle de Jorge Ponce y empieza a llover como si no hubiera mañana. Pues tenemos que pensar algo para llenar estos 15 minutos de programa y lo pasas muy mal.
«Somos unos estafadores»
–¿El programa está más guionizado de lo que aparenta?
–Hay mucho más guion del que la gente piensa y, a la vez, puede que sea el programa más espontáneo en el que yo he trabajado. El guion se cuela de formas indeterminadas; ahí está la verdadera magia. Para mí, 'La Resistencia' ha conseguido algo que no se conseguía casi desde los 60. Me imagino que en Estados Unidos, cuando se inventó el 'late night' con Johnny Carson, la gente que por la noche ponía la tele y veía a un señor muy elegante que hacía chistes seguramente pensase «qué tío más gracioso, lo que se le está ocurriendo», porque ahí no había una cultura del audiovisual, de lo que es un guionista y un 'showrunner'. Y eso, en el fondo, era muy guay. Pues aquí hemos hecho que la gente piense que todo eso que está surgiendo es espontáneo, genuino y real. Y muchas veces lo es y otras tantas lo hemos conseguido colar, porque somos unos estafadores.
–Los chistes sobre Murcia. ¿Se van a pasar de moda? ¿Cómo cree que los recibe la gente?
–Como autor de muchos de estos chistes, quiero creer que la gente los recibe bien porque yo soy murciano y a mí no hay cosa que más gracia me haga que eso. Yo no concibo no poder reírme de mí mismo porque creo que eso es la muerte del humor. Para que se pasen de moda, Murcia debería de encontrar al nuevo Lepe.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión