Conciencia ecológica en espacios universitarios vivos

De sus fachadas de ladrillo blanco, emergen los brise-soleil que enmarcan el sistema de huecos. Seguimos ahora por el Aulario Norte, construido en 2002. El complejo se configura como una red de espacios que, materializados en hormigón y u-glass, se expande de manera horizontal, adaptándose a la topografía del campus. En su interior, se percibe el espacio con la sinceridad que le otorga la porosidad de su propia naturaleza, sin más ornamento que el que democráticamente se desprende del propio uso del edificio por aquellos que lo viven.

Para terminar, una parada en el Parque Científico del Campus de Espinardo, ejemplo de rehabilitación mesurada y con conciencia ecológica. Desde el exterior, apreciamos como a través de la superposición de una segunda piel, la solución que parte de una estructura triangulada y permeable, unifica la imagen del conjunto, dando lugar a una nueva red de espacios al aire libre.