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Tamara Falcó, en el santuario francés de Lourdes.
Virgencita, Virgencita, que no me quede como estoy

Virgencita, Virgencita, que no me quede como estoy

Tamara Falcó remata el verano peregrinando a Lourdes; José Fernando lo termina descendiendo a los infiernos

ARANTZA FURUNDARENA

Miércoles, 31 de agosto 2016, 09:35

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Si en 'Verano Azul' moría Chanquete, en el verano azul cielo de Tamara Falcó Chanquete habría resucitado. Como poco, al tercer día. Hay muchas maneras de rematar agosto y la hija de Isabel Preysler ha decidido hacerlo en la gloria: viajando al santuario de Lourdes. ¿Friki? Para nada. Terminar las vacaciones rezando en un santuario empieza a convertirse en tendencia. El diseñador Stefano Gabbana (la otra mitad de Dolce) ha cambiado estos días las transparentes aguas de Formentera por las tierras portuguesas, donde se ha postrado ante la Virgen de Fátima.

Pendientes de un milagro terminan también las vacaciones José Fernando, el hijo de Ortega Cano, y Alison, la hermana de Mariah Carey, solo que ellos, lejos de encontrarse en la gloria, están viviendo un infierno. A José Fernando lo han visto pernoctando en una casa abandonada, en plan okupa... A Alison Carey la han arrestado tras intentar ejercer la prostitución con un policía. Y luego están las almas del purgatorio, como Alba Carrillo, que vive en una montaña rusa emocional desde que rompiera con Feliciano López a comienzos del verano. Su último arrebato ha sido donar a una asociación de mujeres maltratadas los tres trajes de novia que lució en su 'archimegaboda' para que los subasten.

«Los recuerdos perduran y la vuelta al trabajo se asoma con una sonrisa», escribía ayer Pilar Rubio en Twitter. Tamara Falcó va un poco más allá. Su despedida del verano es beatífica. En su Instagram ha colgado una 'estampita' en la que posa muy recatada y risueña delante de la basílica de Lourdes. Desde que se 'reconvirtió' a la fe católica en 2012 (tras concluir que un buen padrenuestro es más eficaz que un mantra budista, y encima se entiende), la hija mediana de Isabel Preysler no ha parado de hacer 'ciberapostolado' a través de las redes. Lo mismo te aconseja que marques la equis en favor de la Iglesia en tu declaración de la renta, que te recuerda las bienaventuranzas o, en plenas elecciones, te coloca un chiste en el que Dios padre advierte desde el cielo: «A ver a quién votáis, que luego venís a pedirme milagros».

Ahora cabe preguntarse si Tamara, que ha viajado a Lourdes para trabajar como voluntaria, va a aprovechar la estancia para pedir algún milagro. Por ejemplo: Virgencita, Virgencita, que no me quede como estoy (o sea, soltera)... Su madre, Isabel Preysler, ya ha dejado caer que no ve el momento de casarla. Pero ella no solo no tiene prisa sino que hasta ha llegado a contemplar la posibilidad de tomar los hábitos.

Los malos hábitos son los que están echando a perder a José Fernando. Tras el embarazo frustrado o falso de su novia Michu, el hijo de Ortega Cano parecía estar dispuesto a volver con su familia e intentar la enésima rehabilitación definitiva. Sin embargo, todo ha sido un espejismo. Varios digitales daban cuenta ayer de su nuevo descenso a los infiernos. Las drogas son las responsables de que un chico que podría llevar una vida de lujo junto a su padre prefiera malvivir con sus colegas como un okupa.

Mariah Carey entenderá a Ortega Cano. Ella sabe mucho de parientes descarriados. Su hermana Alison lleva 40 años dando tumbos: adicciones, prostitución, sida... Y ahora, la cárcel. La diva del pop guarda silencio. Algunos la acusan de gastar más dinero en comida para perros que en su propia hermana. Sus allegados en cambio aseguran que lleva invertidos en Alison cientos de miles de dólares.

Hay maneras más alegres de acabar el verano. Como la de la feliz embarazada Helen Lindes y su marido, el medallista Rudy Fernández. Ellos han dedicado el último suspiro de agosto a navegar plácidamente por Mallorca. Y hay maneras aún mejores. La de quienes hemos trabajado julio y agosto y ahora por fin podemos abrazar con entusiasmo ese credo universal, santificante, sacrosanto y celestial que se llama... ¡Vacaciones!

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