El mejor método para hacer un café 'cold brew' en casa sin aparatos

El café es un acompañante casi obligado en el día a día para la mayoría de trabajadores. Ya sea al levantarse para conseguir activarse, durante la mañana para vencer al cansancio que empieza a aparecer o después de la comida para seguir con las tareas por la tarde. Cualquier excusa es buena para tomar una taza de café solo, cortado, con leche... y en solitario o en compañía.

Sin embargo, las altas temperaturas del verano hacen que cueste un poco más tomar una bebida caliente. Y de ahí surgen variaciones ya sea con la leche natural para no subir tanto la temperatura o utilizando hielo, que no es la mejor opción porque al final se acaba aguando. Para evitar eso, desde hace años la mejor receta de café frío es la conocida como 'cold brew'.

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En esta variedad consiste en infusionar el café molido en agua con temperatura ambiente o fría durante bastantes horas. De esta forma se consigue una bebida que mantiene todas sus propiedades y tiene un sabor suave.

El usuario diegodoal da en Instagram la receta para hacer un buen café 'cold brew' y avisa de que espera de que con este consejo «sea la última vez que te veo mezclar un café solo de torrefacto con hielo». Al margen del propio café, que avisa de la importancia de que sea bueno, lo único que hace falta es un bote. «No hay trampa ni cartón, además este es uno de los métodos que más cafeína extrae», asegura en un vídeo.

«Necesitamos moler el café muy grueso. Si no tienes molinillo en casa puedes pedir que te lo muelan cuando lo compres. Simplemente pídeles para 'cold brew' y ellos sabrán qué hacer. Una vez molido, mételo dentro de un bote, de una cacerola o de una jarra. Existen también estas botellas con filtro incluido que la verdad es que son muy cómodas, pero necesarias no son», explica diegodoal.

El proceso sigue con «agua fría y, si puede ser embotellada. Yo suelo hacerlo con un ratio de un grafo de café por cada diez mililitros de agua. Normalmente hago cien gramos de café para cada litro de agua. Mezclamos bien y ahora ya solo queda meterlo a la nevera de 12 a 24 horas. Y ya está, el café está listo. Solo queda colarlo, que yo te recomiendo que lo hagas a través de un filtro de papel o de una tela para dejar todos los sedimentos atrás. El resultado es un café con poca acidez y un dulzor increíble que aguanta perfectamente en la nevera tres días», asegura este usuario en Instagram.