Lavar la ropa en agua fría o caliente: esta es la temperatura correcta para cada prenda
Consulta las recomendaciones para evitar que la ropa se dañe o encoja
María Ramírez
Domingo, 1 de junio 2025, 20:27
Hacer la colada es una de las tareas más rutinarias del hogar. Sin embargo, es muy habitual tener dudas sobre el tipo de programa más adecuado para cada caso y los productos que más conviene comprar en el supermercado. Y es que, aspectos como la temperatura, el detergente y el ciclo de lavado son claves para que el electrodoméstico deje las prendas impolutas.
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No son pocos los errores que se cometen al lavar la ropa. Uno de los más habituales es el sobrecargar el tambor, ya que dificulta el paso del agua y contribuye a un mayor consumo de electricidad. Además, hay pequeños gestos que marcan la diferencia, como cerrar las cremalleras para evitar que se enganchen en otras piezas durante el centrifugado o darle la vuelta a los tejidos más delicados para que no se dañen.
Agua fría o caliente
Una de las preguntas que más se repiten es si es mejor optar por agua fría o caliente. La respuesta es que depende del tipo de prenda y el nivel de suciedad. Por lo general, las temperaturas frías son ideales para telas delicadas, colores intensos y prendas que se arrugan fácilmente. Además, se suele elegir cuando no se requiere una limpieza en profundidad, es decir, cuando no hay manchas significativas, ya que esta temperatura no activa las enzimas y detergentes de la misma manera que sí lo hace el agua caliente.
Por el contrario, hay que optar por el agua caliente para prendas muy sucias, manchas difíciles y prendas blancas. El motivo es que la alta temperatura permite matar los gérmenes y descomponer la suciedad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que puede dañar algunas telas.
A modo de guía, la marca de limpieza Aileda, ha señalado que la ropa de cama, toallas, uniformes de trabajo y las prendas de lana se podrían meter en agua caliente. Eso sí, hay que fijarse en los símbolos que aparecen en la etiqueta cosida a la prenda para comprobar las recomendaciones del fabricante, ya que esta temperatura puede deformar o encoger la ropa.
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En el caso de la seda, la lencería y las piezas con adornos o colores intensos se recomienda escoger una temperatura fría. Asimismo, también se debería optar por esta última opción para aquellas telas que tiendan a arrugarse con gran facilidad, como las de algodón. Cuando no se está seguro y la etiqueta no aporta gran información, es mejor usar agua fría y un detergente suave para evitar dañar la ropa.
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