Trucos para eliminar los malos olores del coche

El olor a coche nuevo es único e irrepetible. Cuando compras un vehículo, quieres mantener ese aroma de estreno el mayor tiempo posible, pero aunque trates de mantener el olor a coche nuevo es inevitable que, pasadas unas semanas, desaparezca y empiecen a aparecer otros. El habitáculo es un espacio muy reducido, en el que puede ser complicado controlar los olores que entran y que pueden quedarse de manera persistente, ocasionando todo un incordio.

Para solucionar este problema y eliminar los malos olores que contaminan la experiencia de viajar en el coche, siempre se puede recurrir a la contratación de profesionales que limpien y desinfecten el interior del vehículo a fondo devolviendo el aroma a limpio. Sin embargo, esta opción no siempre es posible, pues hace falta disponer del tiempo y el dinero para poder dejar el coche en manos del servicio de limpieza. Por eso, es útil conocer algunos trucos para que puedas eliminar los malos olores de manera rápida y casera y evites algún que otro momento incómodo.

Son métodos muy sencillos para tener tu coche como nuevo: solo tienes que utilizar un vaso cualquiera, llenarlo con amoniaco de limpieza y dejarlo reposar en el interior del vehículo durante un día entero o, en su defecto, unas cuantas horas. Se usa esta sustancia porque tiene la capacidad de absorber olores. Aunque es cierto que el producto desprende un aroma muy intenso, si no mojas ninguna superficie del coche y tan solo colocas el vaso a modo de ambientador, el olor a amoniaco desaparecerá pocos minutos después de retirarlo y simplemente con abrir las ventanillas y ventilar el espacio.

En caso de que el amoniaco te parezca demasiado fuerte pero quieras recurrir a este truco, también tienes la posibilidad de realizar el mismo proceso llenando el vaso con granos de café o bicarbonato, pues ambos productos comparten la capacidad de absorción de olores, aunque con un poco menos de eficacia y tienen un aroma más suave y tolerable.

En un coche, los olores pueden venir de varios elementos. Lo más común es que se formen en la propia suciedad de los asientos o las ventanillas, que son las partes que más pueden atrapar los aromas. Pero también es posible que aparezcan por los conductos del aire acondicionado. En este caso, lo más recomendable es recurrir a los productos específicos para ello: a la hora de limpiar los accesos, algunos productos se aplican directamente y otras funcionan en spray para que sea el propio aire en circulación el que absorba el líquido. Se aconseja limpiar al mismo tiempo los aireadores y el filtro del aire para que el resultado sea óptimo.

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