El pulgar perdido del Santísimo
Se buscan voluntarios para localizar el dedo desprendido de una talla en una procesión a la carrera en la localidad de Mota del Cuervo
J. V. MUÑOZ
Jueves, 10 de agosto 2017, 10:41
El Santísimo Hijo de María Santísima de la Antigua de Manjavacas, patrona de Mota del Cuervo (Cuenca), ha perdido el dedo pulgar de su mano izquierda. Su hermandad pide en las redes sociales voluntarios para localizarlo. La tarea no es sencilla. Hay que recorrer a pie y revisar al milímetro los siete kilómetros que separan la ermita de la Virgen de la parroquia de San Miguel Arcángel. Un trayecto que desde hace siglos cubren a la carrera los porteadores que cargan sobre sus hombros la imagen de la Virgen con el Niño Jesús en brazos.
El pasado fin de semana se repitió la tradición, pero tras la carrera los hermanos se percataron de la ausencia del pulgar. «La pérdida fue fortuita. Nunca había ocurrido y ya pensamos en su restauración», explica atribulado Noé Izquierdo, presidente de la hermandad que clama ayuda en las redes.
«Se ha perdido el dedo gordo de la mano izquierda del Niño durante la 'Traída' del pasado domingo. Se piden voluntarios para recorrer todo el trayecto entre los hitos, para buscar el dedo en las cunetas. Todo aquel que lo desee puede colaborar. ¡Ayudemos a encontrarlo! Compartidlo. Entre todos lo encontraremos», escriben los devotos de la Virgen conquense.
La talla de madera data de 1939. Su hermandad confía en localizar el pulgar antes del 20 de agosto, día del veloz viaje de vuelta a su ermita. Una tradición del siglo XVIII y de Interés Turístico Nacional.
Dos leyendas de origen común explican el vértigo del traslado. Dice una que unos comerciantes valencianos que se dirigían a Toledo, fascinados por la belleza de la antigua talla, decidieron robarla y darse a la fuga. Pero un milagro detuvo su carreta y el robo. La otra versión exime del delito a unos mercaderes que portarían consigo la talla. Sus bueyes se plantaron en un paraje y decidieron dejar la imagen allí y alzar una ermita. Pero una epidemia les haría abandonar el enclave. Unos se dirigieron a Mota del Cuervo y otros a Pedro Muñoz (Ciudad Real), que también reclamaba la imagen. Se decidió trasladarla a la villa más cercana, Mota del Cuervo, pero los mozos acordaron llevarla a hombros lo más pronto posible a Pedro Muñoz para que sus vecinos pudieran también gozar de su presencia.