Plaga de procesionaria: cómo reaccionar para evitar que pueda ser mortal para tu perro

Durante esta época del año, entre enero y abril, la procesionaria acecha en cualquiera de las zonas de pinares que podemos encontrar en la Región de Murcia. Esta oruga, cuyo crecimiento está en pleno auge, afecta a cualquier persona que entre en contacto con ella, según advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). La afección cutánea, urticaria de contacto y dermatitis son las consecuencias más comunes aunque también puede provocar una afectación ocular, rinitis e incluso manifestaciones respiratorias y anafilaxia.

El peligro de la procesionaria se encuentra, concretamente, en los pelos que la recubren. Son como dardos o pequeñas flechas que estos animales emplean como mecanismo de defensa. Las personas y sus mascotas suelen entrar en contacto con la procesionaria cuando esta desciende de los pinos y recorre el suelo en busca de un lugar donde enterrarse y pasar la fase de crisálida. No obstante, sus pelos se desprenden con facilidad y el viento puede transportarlos hacia nosotros.

La OCU recomienda evitar manipular a estas orugas y evitar las zonas de pinares a la hora de sacar a pasear a nuestra mascota, especialmente si es un perro ya que estos suelen olisquear el suelo por doquier. Aunque la mayoría de reacciones que produce en nuestra piel son leves, otras desembocan en un problema más serio. En este último caso, los médicos suelen administrar antihistamínicos y corticoides además de recomendar duchas de agua fría y evitar el rascado de la zona lesionada.