Todo lo que debes saber para ver la lluvia de estrellas de las Acuáridas
El momento álgido de este fenómeno es la noche del 29 al 30 de julio
Antes de la famosa lluvia de estrellas de las Perseidas en agosto, unas semanas antes también se produce el espectáculo estelar de las Acuáridas. En realidad, los meteoros que se conocen con el nombre de Delta-Acuáridas visitan el cielo nocturno entre el 12 de julio y el 23 de agosto de este año, pero el momento álgido para ver esta lluvia de estrellas se producirá la noche del 29 al 30 de julio.
El acontecimiento se observa especialmente en el hemisferio sur, pero también será visible desde el norte. Además este año las condiciones acompañan a la visibilidad, ya que su momento de máxima actividad coincide casi por completo con la luna nueva del mes, el 28 de julio, por lo que el cielo tendrá una iluminación favorable. Para ser capaces de contemplar la lluvia de estrellas, el Instituto Geográfico Nacional explica que «para observadores a nuestras latitudes, el radiante de las Delta-Acuáridas se sitúa por encima del horizonte a partir de la medianoche hasta el amanecer».
Además el IGN aporta algunas pautas básicas para situarse en la mejor localización para ver las estrellas. En primer lugar aconsejan que se trate de un lugar con un cielo oscuro, preferiblemente que tenga pocos obstáculos a la vista como edificios, árboles o montañas. Tampoco se aconseja utilizar instrumentos ópticos que limiten el campo de visión. «Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad», explican, así como dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en dirección opuesta a la posición de la Luna.
Cómo son las Acuáridas
Como su nombre indica, provienen de la constelación de Acuario, aunque son visibles en todo el cielo. Su aparición es menos intensa y numerosa que las Perseidas, pero los meteoros son más lentos, largos y con estelas más persistentes, que pueden resultar más perceptibles para el espectador. Esta lluvia de estrellas en concreto procede del cometa 96P Machholz, que orbita alrededor del Sol cada 5 años.
Cuando las pequeñas rocas procedentes del espacio exterior entran en contacto con la atmósfera terrestre, el calor generado provoca su desintegración y se producen las conocidas estrellas fugaces. Si la Tierra atraviesa una nube de estas piedras esparcidas por los cometas, el roce da lugar a una gran cantidad de meteoros y, por tanto, a una lluvia de estrellas como la de las Acuáridas.
