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Miguel Rosendo (centro), antes de entrar en el juzgado. EFE
El líder de 'Miguelianos': «De los abusos que hablan había que ver quién fue el abusado»

El líder de 'Miguelianos': «De los abusos que hablan había que ver quién fue el abusado»

Niega todos los delitos, haberse hecho llamar «curandero, vidente» o 'padre', y denuncia haber sufrido «indefensión durante cuatro años»

Europa Press

Pontevedra

Jueves, 27 de septiembre 2018, 20:37

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Feliciano Miguel Rosendo, el líder de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, conocida como Orden de los 'Miguelianos', ha reivindicado su inocencia en su declaración en la sede de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra, en la que ha defendido: «Yo no obligué nada a nadie». Además, ha apuntado que «de los abusos que hablan, había que ver quién fue el abusado».

Así, antes de empezar su interrogatorio en la segunda jornada del juicio por esta causa, en la que la Fiscalía pide para él 66 años de prisión, Rosendo ha trasladado su decisión de acogerse a su derecho «a no declarar más que a las preguntas» de su abogado, lo que ha justificado en la «indefensión durante cuatro años» y el «maltrato» sufrido.

Acto seguido, ha añadido: «Me siento inocente, igual que mi mujer y mis hijos». A continuación, pese a que se ha negado a responder a otros letrados, tanto el fiscal como la abogada de la acusación particular y otros abogados de la defensa han iniciado la lectura de las preguntas que tenían previsto hacerle.

Tras ello, en respuesta a su abogado, Rosendo ha manifestado que «de los abusos que hablan, había que ver quién fue el abusado, por parte de estos padres y muchos más». La causa judicial se inició a partir de la denuncia de familiares y exmiembros de la Orden, que en 2014 denunciaron públicamente abusos y otros delitos supuestamente cometidos en el seno de dicha asociación.

El líder de la asociación ha asegurado que en dicha organización «nadie fue obligado a nada», y ha agregado que «todos eran libres en su acción». «Nunca ni levanté la mano, ni obligué a nadie. Mi error es que a lo mejor pequé de demasiada obediencia, que lo hice todo por amor», ha sellado.

Relaciones

De esta forma, el líder ha negado todos los delitos, incluidos los de abusos sexuales, y ha sostenido que con Marta Paz tiene la relación «de un padre con su hija». De ella, ha dicho que fue una de las denominadas 'bastones' porque el obispo emérito de Tui-Vigo (José Diéguez) fue quién les puso dicho nombre y «les obligó a que fuesen 'bastones'» y a escribir un diario sobre la vida del propio Rosendo.

De Iria Quiñones ha indicado que era denominada la 'madre de la buena huella', y de Ivana Lima ha comentado que era la 'madre general de las consagradas'. Respecto a esta última y a otras de las consagradas, ha dicho que lamenta «por lo que han pasado, la persecución». «Estas benditas han sido pisoteadas, maltratadas. Es injusto», ha censurado.

Rosendo también ha sostenido que «nunca --casó-- por conveniencia» y, de hecho, sobre una de las supuestas víctimas, M.P., ha dicho que fue ella la que le dijo que se iba a casar y ha asegurado que la defendió «siempre». «Nunca le dije un insulto, ni pegarle, tocarle el culo, darle un puñetazo...», ha remarcado.

Ni «padre» ni «vidente»

Durante su intervención, Rosendo ha responsabilizado de varias acciones al que era capellán de la prisión de A Lama, Isaac de Vega, y ha mantenido, entre otras cuestiones, que es él quien «obligó a todos a que -le- llamasen 'padre», pese a que «nunca» se sintió 'padre' de los miembros de la asociación, ha explicado.

Igualmente, Rosendo ha mantenido que él nunca ofició Misa, si bien sí que fue nombrado diácono permanente y en algunas ocasiones que vistió con alba y estola para ayudar en el servicio sacerdotal. «Yo nunca me llamé curandero ni vidente, y discutí para que no me llamasen 'padre' ni vidente», ha agregado.

Preguntado por si practicaba esoterismo, espiritismo y otras actividades similares en la herboristería que regentaba años atrás, ha respondido que lo que él hacía era «intentar arrancar (a sus conocidos) de sitios donde se hacían esas prácticas». «Lo que hice es enseñarles el camino de la Iglesia y la familia», ha apostillado.

En lo que refiere al ámbito económico, ha comentado que «todos los asuntos los llevaba» el tesorero de la asociación. Además, ha mantenido que «nadie» le contó «nada» sobre cuestiones económicas ni tampoco le dieron «dinero en absoluto».

Finalmente, el líder ha criticado que en esta causa «no --le-- dejaron» defenderse y ha denunciado que en prisión «injustamente» se ha llevado «palizas» por las «mentiras» contadas, que le dejan como un «monstruo, violador y sinvergüenza». Al acabar su intervención, el fiscal ha aludido a contradicciones en el discurso de Rosendo y el Tribunal ha acordado un receso hasta la tarde.

Al reanudar la sesión, ha declarado la consagrada de la Orden y Mandato San Miguel Arcángel Ivana Lima (que en la organización ocupaba el cargo de 'superiora de las consagradas'), quien ha negado que el líder se atribuyese «facultades sobrenaturales», se revelase como 'mensajero de Dios', hiciese charlas sobre espiritismo ni rituales, ni ordenase matrimonios.

De igual manera, ha sostenido que ella no estuvo delante «de ningún tipo de comportamiento sexual», y que Rosendo no ridiculizaba, les insultó ni usó la violencia física «nunca jamás». «Miguel siempre nos trató con dignidad», ha asegurado, añadiendo también que ella misma tampoco ha castigado a nadie, ni los responsables de la Orden hacían vigilancias para castigar ni controlar.

Pese a esto, ha admitido que las mujeres que empezaban su vocación para hacerse religiosas, estaban acompañadas en las llamadas telefónicas y en las visitas con sus familiares, si bien ha sostenido que «no controlaban con quién ni de qué hablaban» y ha puntualizado que solamente no podían hablar «de la comunidad» y sus cuestiones internas.

Acto seguido, ha manifestado que fueron sacerdotes y obispos, entre ellos el que era capellán de A Lama los que dijeron que los miembros de la Orden tenían que «llamar santo» a Miguel Rosendo, a lo que este «se oponía siempre», por lo que ellos «no le trataban como santo» aunque sí le veían «con una vida hacia la santidad».

En este ámbito, también ha dicho que cuando Miguel Rosendo se cortaba el pelo, los sacerdotes les «decían que iba a ser un santo, que -guardasen- su pelo porque iban a ser reliquias». Además, tras negar injerencias del líder, ha dicho que en el momento en que el visitador canónico intervino en la asociación, fue Isaac de Vega el que le dijo: «tu vas a decir lo que yo te diga».

Acusados

Después de que la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra avanzó este miércoles que iba «a admitir la cuestión previa planteada relativa a la falta de legitimación» de la acusación particular para acusar por blanqueo de capitales a Miguel Rosendo y su familia, al iniciarse la sesión de este jueves el Tribunal ha llamado a la esposa y los hijos de Miguel Rosendo a abandonar la sala.

A continuación, la abogada de la acusación ha pedido que, ya que estas personas han sido desimputadas, sean citadas en el juicio para que comparezcan como testigos. Previamente al inicio de la jornada, el abogado que representa a Miguel Rosendo y su familia ya avanzó que también pediría que fuesen llamados como testigos.

Por otro lado, en el banquillo de los acusados también ha estado ausente el acusado José Carlos A. M., a quien este miércoles le dispensaron de tener que acudir al juicio para permitirle pasar tiempo con su padre ante «riesgo de muerte inminente». De hecho, este jueves su letrada ha comunicado el fallecimiento del padre, y ha pedido que se le exima de declarar hasta su entierro.

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