Llega la vuelta al cole y la botella reutilizable del curso pasado huele a moho: el truco casero para limpiarla
Si tu hijo olvidó este recipiente en la mochila desde junio y han proliferado las bacterias en su interior podrá volver a usarla siguiendo un sencillo proceso
Miércoles, 17 de septiembre 2025
¡Por fin ha llegado la vuelta al cole! Después de dos meses sin saber cómo entretener a los niños en casa, de hacer encaje de bolillos para compaginar trabajo y familia, de tirar de caros campamentos de verano o de recurrir a los sufridos abuelos para cuidar de los niños y, en el peor de los casos, de dejar que los pequeños y adolescentes pasen horas frente a las pantallas, ha llegado el día en que vuelven a asistir al colegio y al instituto.
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Toca preparar libros y material escolar, pero como no sólo de sabiduría viven los estudiantes, toca también rebuscar en las mochilas arrumbadas al final de curso las fiambreras y botellas reutilizables que desde junio nadie se ha acordado de revisar y lavar. Y aquí aparece el primero de los muchos problemas que hay que ir afrontando con el inicio del año lectivo: el olor a moho de esa botella que hay rellenar para poder hidratarse en clase y que produce arcadas solo de pensar en beber agua de ahí. La primera reacción es tirar la botella y comprar una nueva, pero si la economía no te permite deshacerte de enseres así como así, lo mejor es recurrir a un método de limpieza efectivo y fiable.
Lo ideal es limpiarlas con frecuencia para que esto no ocurra, pero, ¿quién se acuerda en junio de que la vida volverá a ser rutina en septiembre? Tampoco podemos esperar de nuestros adolescentes que tengan en cuenta estos detalles, si ya cuesta a veces que mantengan por propia iniciativa un mínimo de higiene personal.
No todo está perdido, con unos sencillos pasos nuestras botellas (las que compramos hace un año a nuestro hijos y que no estamos dispuestos a tirar) volverán a ser lo que en esencia deberían ser: reutilizables.
¿Qué necesitas para limpiar la botella?
Tanto si la botella es de vidrio, de acero inoxidable o de aluminio, el método de limpieza es el mismo y tan solo necesitarás dos ingredientes que seguro ya tienes en casa y además utilizas para limpiar casi todo. Claro está, nos referimos al vinagre blanco y al bicarbonato de sodio, la solución para limpiar casi cualquier cosa de forma segura y barata. Si sirve para dejar la mampara de la ducha impecable y para desincrustar la suciedad de la vitrocerámica, qué no hará con una sencilla botella.
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Pasos para eliminar moho y bacterias
Manos a la obra. En primer lugar hay que fregar la botella con agua y un detergente suave, cualquier lavavajillas puede servir. Para asegurarnos de que no quedan restos lo ideal sería usar un cepillo para botellas o, en caso de no tener ninguno, un estropajo que puedas meter y usar con ayuda de un utensilio largo como un cuchillo o el mango de una cuchara. Después enjuaga con agua varias veces hasta eliminar la espuma.
Este primer paso debería bastar si la botella se lava con frecuencia, pero para eliminar restos de bacterias y moho acumulados en los meses de verano debemos añadir un par de pasos para garantizar una limpieza fiable.
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En segundo lugar, hay que llenar la botella con agua caliente hasta la mitad, después añade un buen chorro de vinagre blanco y una cucharadita de bicarbonato. Deberás tapar la botella para evitar que la mezcla se salga con la reacción del bicarbonato y agitarla un poco para que cubra toda la superficie interna. Luego deja reposar como mínimo media hora o incluso toda la noche si no necesitas usar la botella de forma inmediata.
Cuando haya reposado lo suficiente hay que enjuagar la botella con abundante agua repetidas veces hasta que no queden restos de la solución. El agua debe ser fría o a temperatura ambiente y hay que usar la suficiente para que no quede olor a vinagre.
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Por último, seca la botella y déjala destapada hasta su uso, así nos aseguraremos de que no se vuelve a formar moho.
Limpieza recurrente para un buen mantenimiento
Todo esto no servirá de nada si no hacemos un buen mantenimiento, que debe consistir en una limpieza semanal con agua y jabón. Lo ideal es que los propios niños se ocupen de esta tarea y forme parte de su rutina, insistiendo en que deben dejarla destapada cuando esté vacía y completamente seca antes de guardarla para prevenir la acumulación de bacterias y moho. De esta forma aprenderán a ser responsables y prestarán más atención a la hora de guardar sus botellas cuando llegue de nuevo el final de curso.
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