Consejos para controlar la ansiedad después de dejar de fumar

El próximo 31 de mayo se celebra el día sin tabaco, una celebración debido a lo negativo de este vicio para la salud. Además de problemas del corazón y del sistema circulatorio, fumar causa el 30 % de las muertes por cáncer. Este año de pandemia ha aumentado el consumo de tabaco, pero ha sido protagonista por los debates acerca del contacto de la Covid-19 y fumadores. Todavía en este momento se discute la prohibición de fumar o no en las playas de España. Fumar y su consumo, siempre es noticia, pero poco se habla de la ansiedad que puede provocar dejar el tabaco.

Las conductas adictivas y el consumo de sustancias se inician con mayor frecuencia en los momentos en los que las personas que experimentan un estado emocional negativo. Los sentimientos de rabia, tristeza, el miedo son algunos ejemplos. Las conductas adictivas y las sustancias son un escape inmediato al propio sufrimiento emocional. Pero esto suele funcionar como una conducta que se quiere evitativa ante los problemas que en ocasiones impiden resolverlos y en muchos casos aumentan los motivos para sentir emociones desagradables y lleva a volver a recurrir a utilizar la sustancia para evitar esas sensaciones. Todas las adicciones pueden tratarse aunque en un primer momento parezca difícil. Durante el proceso se pueden tener recaídas, pero hay oportunidad de aprender de ellas y conseguir dejar de realizarlas.

¿Y qué ocurre cuando consigues dejar la adicción pero tienes ansiedad?. Según los psicólogos la ansiedad producida por el tabaco es una respuesta natural de activación de nuestro cuerpo que permite ponerse alerta y actuar ante situaciones amenazantes. Los síntomas más habituales de la ansiedad son la taquicardia, la sensación de falta de aire, mareos, pinchazos en el pecho, pérdida de sensibilidad en las extremidades, sensación de pérdida de control, náuseas o bloqueo. ¿Cuáles son las principales recomendaciones para controlar la ansiedad despu´ de dejar de fumar?:

1. Autoconocimiento, identificar las situaciones que generan ansiedad y ver cómo reaccionarnos ante ellas. Conocer cómo es tu personalidad.

2. Entender que los síntomas de la ansiedad no son dañinos, solo son molestos.

3. Practicar hábitos de autocuidado físico y emocional.

4. Aprender a gestionar la preocupación y aumentar la tolerancia al malestar.

5. Interpretar correctamente las cosas. Corregir los pensamientos ilógicos e irracionales.

6. Descubrir y expresar sentimientos y emociones.

7. Desarrollar sentido del humor como estrategia de afrontamiento para afrontar el día a día.

8. Mantener y cuidar relaciones sociales satisfactorias.

9. Permitimos nuestros espacios y dar paso a realizar actividades que generen bienestar emocional.