«El uso de anticonceptivos y el consumo de tabaco son letales para las mujeres»

La cardióloga Amelia Carro, especialista también en medicina deportiva, alerta sobre el incremento del riesgo cardiovascular entre las mujeres en una entrevista concedida a El Comercio.

Preguntada por la diferencia real entre hombres y mujeres y materia cardiovascular, la cardióloga advierte que la mujer está proteginida del infarto por sus hormonas generadas durante toda su vida fertil, algo que ha cambiado desde hace un tiempo porque «desde hace un tiempo se ha puesto a fumar como los hombres». Advierte que si una mujer hace vida sana no padecerá este tipo de problemas, pero asegura que «el uso de los anticonceptivos y el tabaco son letales para ella« porque la desprotegen por la formación de trombos. «Si fuma, el riesgo aumenta exponencialmente», dice.

El riesgo ha aumentado en mujeres jóvenes, sobre las que hay «muy poca concienciación». Teniendo en cuenta que la primera causa de mortalidad son las enfermedades cardiovasculares, «la mujer tiene diez veces más riesgo de morir de una enfermedad cardiovascular que de un cáncer de mama«, pero nadie dedica una jornada a la cardiopatía isquémica o el infarto, afirma.

Carro asegura que la cardiología y la salud debe sacarse de los hospitales: «Existen muchos libros de autoayuda que te dicen como curarte del cáncer. En cardiología pasa lo mismo. Eso es absurdo. Hay que educar en salud: enseñar a las personas a comer, a dormir, a hacer ejercicio».

En su lucha por la concienciación, recientemente ha editado un libro dedicado a los parques que disponen de aparatos de ejercicios, para que la gente sepa dónde se localican, qué aparatos tienen o para qué sirven y cómo se usan correctamente. «Son las actividades donde puedes realmente reducir el impacto de la enfermedad cardiovascular», asegura afirmando, además, que una enfermedad que, además, no es sostenible, porque «tratar a pacientes con infarto es carísimo por los costes que le genera a esas personas en su vida, su salud y trabajo».

Así pues, la clave está en la prevención. Ella, por ejemplo, está intentando que los hipertensos coman sin sal o los diabéticos sin azúcar en los restaurantes. «Si estos establecimientos elaboran menús sin gluten o vegetarianos ¿por qué no pueden hacer lo mismo con hipertensos o diabéticos? Es por esto por lo que ahora estoy luchando», concluye.