Herramientas y técnicas para combatir el cáncer de ovario en el Hospital Quirónsalud Murcia

En el mundo de la medicina, pocas enfermedades despiertan tanto temor y preocupación como el cáncer de ovario. Es conocido por su sigilo y su capacidad para afectar a mujeres en cualquier etapa de la vida. Además, ocupa un lugar destacado en las preocupaciones de pacientes y profesionales de la salud por igual.

En una entrevista exclusiva con la doctora Raquel Jiménez, ginecóloga del Hospital Quirónsalud Murcia, hemos tenido la oportunidad de conocer más acerca de una enfermedad como el cáncer de ovario.

A pesar de representar sólo el 3% de todos los tumores femeninos, es la cuarta causa de muerte por cáncer en la mujer y la primera causa de mortalidad por cáncer ginecológico. El cáncer de ovario es una enfermedad más frecuente en las mujeres postmenopáusicas, con una máxima incidencia entre los 50 y 75 años.

La doctora Jiménez nos indica que el riesgo de padecerlo durante el transcurso de la vida es de 1 de cada 78 mujeres.

Como cualquier otro tipo de cáncer, este también es una proliferación de células incontrolada. En esta ocasión, se origina en el epitelio que recubre la superficie del ovario.

Este epitelio continúa con el de las trompas de Falopio y, posteriormente, asciende desde la pelvis a todo el peritoneo abdominal. Pero no queda ahí, ya que su curso también le lleva a recubrir la superficie de las asas intestinales y de los órganos abdominales, de la pared abdominal y de los diafragmas.

Para que podamos entenderlo mejor, la doctora Jiménez nos lo explica así: «El cáncer de ovarios se origina en la superficie de los ovarios y, con facilidad, se extiende a la superficie del otro ovario, las trompas y el útero».

Existen diferentes fases del cáncer de ovarios. ¿En qué consiste cada una de ellas? La doctora nos los explica así:

- Estadio I.

Es el momento en que el cáncer se confina en los ovarios.

- Estadio II.

Se da cuando el cáncer se extiende hacia la pelvis.

- Estadio III.

Se alcanza en aquellas situaciones en las que el cáncer de ovario se ha diseminado por el líquido peritoneal difusamente por el abdomen.

- Estadio IV.

Llegado a este punto, se aprecian implantes en pulmones, hígado y otros órganos.

De forma general, el cáncer de ovario se diagnostica en el 20 % de los casos en los primeros dos estadios. Sin embargo, la gran mayoría se realiza en estados más avanzados de la enfermedad.

El cáncer de ovario es una enfermedad muy frecuente entre las mujeres postmenopáusicas. De hecho, la máxima incidencia está entre los 50 y 75 años, aunque la media está alrededor de los 63.

A nivel global, la supervivencia del cáncer de ovario es del 50 %, pero está relacionada con el estadio en el que se diagnostique. De esta forma, si el diagnóstico se hace en estado I, la curación puede llegar al 95 %. En cambio, este porcentaje se reduce hasta el 70 % y el 30 % en los estadios II y III, respectivamente.

Por desgracia, la mayoría de los casos se diagnostican en estadio III.

Por este motivo, la doctora Jiménez hace hincapié en la importancia de las revisiones ginecológicas específicas a partir de los 40 años. Para ello, se realizan ecografías con las que poder detectar cualquier anomalía en los ovarios. Además, hay que tener en cuenta que si existen antecedentes familiares de cáncer de ovario, los estudios deben comenzar mucho antes.

En la actualidad, todavía se desconocen las causas concretas que desarrollan el cáncer de ovario. Sin embargo, hay factores que reducen su incidencia como, por ejemplo, el uso de píldoras anticonceptivas y el embarazo.

Por otro lado, se conoce que los síndromes hereditarios están entre las causas del cáncer de ovario, aunque son poco frecuentes. En este sentido la mutación de un gen específico, como los BRCA1 y BRCA2, predispone el desarrollo no solo del cáncer de mama y ovario, sino también de otros tumores como el de la próstata, el páncreas o el melanoma.

Otros de los genes que también están vinculados con el cáncer de ovario son:

- PTEN (síndrome de hamartoma tumoral PTEN)

- STK11 (síndrome Peutz-Jeghers)

- MUTYH (poliposis asociada con MUTYH)

Junto con todos los mencionados, también existen otros genes que pueden causar cáncer colorrectal hereditario sin poliposis (MLH1, MLH3, MSH2, MSH6, TGFBR2, PMS1 y PMS2).

A menudo, la cirugía es el primer paso en el tratamiento del cáncer de ovario. Por supuesto, la extensión y el tipo dependerán del estadio del cáncer. Es más, hay que tener presente que puede implicar la extirpación de cualquier estructura que pueda estar afectada. Así, a los ovarios, las trompas de Falopio o el útero se unen el peritoneo, el epiplón, el intestino y un largo etcétera.

Para conseguir un aumento de la supervivencia en esta enfermedad, se precisa de un equipo quirúrgico especializado y experimentado, como el del Hospital Quirónsalud Murcia.

¿Siempre se realiza la extirpación completa del útero y los ovarios?

Sí. No obstante, se puede contemplar mantener el útero y el otro ovario. Esto solo sucede en estadios muy iniciales y con un tipo de tumor poco agresivo o cuando se trata de pacientes jóvenes que desean mantener la fertilidad.

¿Puede volver a reproducirse el cáncer de ovario tras una cirugía?

Sí, es posible. Además, la frecuencia de esta recaída depende del tipo de cáncer y la fase en la que se diagnosticó.

Por otro lado, recibir un tratamiento quirúrgico adecuado por parte de un equipo experto también influye en la disminución de la aparición de recaídas. Por eso, desde el Departamento de Ginecología del Hospital Quirónsalud Murcia siempre recomiendan acudir a profesionales experimentados para realizar los tratamientos más oportunos y efectivos.

La doctora Raquel Jiménez, ginecóloga del Hospital Quironsalud Murcia, nos detalla cómo son las distintas cirugías que se pueden realizar en un cáncer de ovario.

Esta se realiza para determinar la extensión del cáncer y si se ha diseminado a otros órganos o tejidos cercanos.

Durante la cirugía, en caso de apreciar metástasis, el profesional puede realizar biopsias de los órganos afectados para determinar el tipo específico de cáncer.

En este caso, la doctora Jiménez afirma que es una cirugía que «se realiza en casos de estadios iniciales. En ella, se incluyen la extirpación de útero, ovarios, trompas, epiplón y ganglios linfáticos tanto pélvicos como paraaórticos».

Del mismo modo, durante ella se procede a una toma de muestras peritoneales.

Esta operación es la que se lleva a cabo en casos avanzados de cáncer de ovario. La característica principal a la que se enfrentan los cirujanos es que el tumor se ha diseminado a otros órganos del abdomen.

El objetivo de esta intervención es eliminar el tejido tumoral de forma completa. Para ello, por desgracia, en muchas ocasiones se deben extirpar estructuras afectadas ajenas al aparato genital, como el intestino delgado, el peritoneo, el colon, el bazo…

La doctora enfatiza que «esta cirugía puede ser llevada a cabo en primera instancia, de forma previa a la quimioterapia (cirugía de citorreducción primaria), Aun así, también se puede realizar tras la administración de varios ciclos de quimioterapia (cirugía de intervalo)».

Cirugía de preservación de la fertilidad

Siempre y cuando el estadio tumoral y el tipo de cáncer así lo permitan, es posible realizar una cirugía conservadora. Esto es algo que se recomienda, de manera principal, a mujeres jóvenes que desean preservar su fertilidad. En consecuencia, durante la intervención se dejan intactos el útero y el otro ovario.

Al igual que sucede durante todo el proceso, la recuperación también dependerá de cada caso.

Habitualmente se utilizan incisiones amplias, lo que conlleva una recuperación de varias semanas. Aun así, es difícil generalizar para ofrecer una respuesta concreta, pero el tipo de cirugía, los órganos extirpados y la extensión marcarán un tipo de recuperación u otra.

Lo normal es que las pacientes de estas cirugías tengan una recuperación muy satisfactoria, que puede ser de semanas o meses en función de su extensión.

Sin embargo, las secuelas son menos llevaderas si se ha llevado a cabo una derivación intestinal o urinaria por extirpación de porciones de intestino o vejiga. A pesar de ello, esta situación no suele ser habitual y, si sucede, en la gran mayoría de casos es algo transitorio.

Esta enfermedad continúa desafiando a la comunidad médica y científica en su búsqueda de mejores tratamientos y resultados. A medida que avanzamos hacia el futuro, es fundamental seguir investigando y desarrollando nuevas estrategias para la detección temprana, el tratamiento efectivo y el apoyo integral a las pacientes y sus familias.

Por eso, la doctora Raquel Jiménez, ginecóloga del Hospital Quirónsalud Murcia, quiere resaltar la importancia de contar con un enfoque multidisciplinario. Esto conlleva una colaboración activa entre distintos profesionales para ofrecer una mejor calidad de vida a quienes se ven afectadas por el cáncer de ovario.

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