El Real Murcia quiere evitar un descalabro histórico en 540 minutos trascendentales

Pero como casi ninguno de los duelos decisivos cayó del lado grana, más por errores propios que por aciertos de los rivales, a esta plantilla casi se le han agotado las oportunidades de acabar la temporada de forma digna, haciendo honor al escudo que defienden en sus camisetas.

El Real Murcia tiene cada vez menos oxígeno y ahora se enfrenta a una liguilla de 540 minutos a cara de perro de la que puede salir herido de muerte. Está muy lejos del objetivo mínimo marcado por la directiva encabezada por Tornel en la presentación el pasado mes de septiembre del plan director de la temporada 2020-21. Únicamente podría mirar al futuro con más optimismo si, para empezar este último tramo de la competición, arranca con una victoria en La Línea de la Concepción ante un rival directo que inicia esta fase con mejor color, más relajado y con tres puntos más que los murcianos.

Loreto se juega en estos seis partidos la oportunidad de asentarse como técnico, Julio Algar la posibilidad de seguir trabajando en el Real Murcia y capear el temporal provocado por sus grandes desaciertos y los directivos que apostaron enconadamente por él gran parte de su crédito.

Para muchos murcianistas, el brillante trabajo económico de Tornel y los suyos en los dos últimos años quedará empañado si el Real Murcia se ve abocado, por segunda vez en su centenaria historia, a jugar en Tercera. Por eso el murcianismo está indignado, enrabietado, nervioso y a la vez ansioso de que el Real Murcia vuelva a recuperar algo de su esplendor perdido, el reconociemiento y el bagaje que le permitía andar por categorías como la Segunda B con la cabeza alta y siendo respetado.

El nuevo grupo del Real Murcia está formado por seis equipos que buscarán llevarse una de las dos primeras plazas de la tabla que darán a los clasificados un billete para la nueva Primera RFEF, una Segunda B mejorada y más competitiva. El problema es que en esta fase de la Liga los equipos arrancan con los puntos obtenidos en la primera vuelta. Además, los granas no se podrán enfrentar y quitarles puntos al Sevilla Atlético y Córdoba, compañeros en el antiguo subgrupo y que suman más puntos que los granas. Por lo tanto, los de Loreto tendrán que brillar en el Linense, Cádiz B y Tamaraceite, sus próximos contrincantes, y esperar el tropiezo de sevillistas y cordobeses.

Con 25 puntos, los granas deberán sumar, mínimo, 12 de los 18 puntos en juego para poder combatir con el Sevilla Atlético (30), Linense (28), Córdoba y Tamaraceite, ambos con 27, que son los equipos que están por encima en la tabla de esta segunda fase.

El Murcia ha demostrado debilidades estructurales en su plantilla que le han impedido ganar y que se dejaron ver en los últimos tres partidos. Frente al Córdoba, el UCAM y El Ejido recibió tres goles a las primeras de cambio cuando el reloj no había llegado al minuto veinte. Pudo remontar los resultados adversos y acabó sacando un punto, lo que demuestra que es un equipo que nunca se rinde, pero demostró su fragilidad en la faceta defensiva.

Además el conjunto grana ha encajado cinco goles en los tres últimos partidos, una mochila pesada a la hora de poder ganar alguno de ellos. Aunque también ha marcado cinco, una cifra muy alta, apenas ha podido sacar un rédito de tres puntos de quince posibles. Sin mantener la puerta a cero el equipo grana sigue estando muy lejos de poder ganar.

Hoy se medirá a un equipo que es su antítesis futbolística. El conjunto de Calderón, sobre todo en casa, es un cuadro sólido sin apenas lagunas defensivas. En el Municipal de la Línea de la Concepción solo ha recibido tres goles en la primera fase de la competición. De hecho, dejó su puerta a cero como local en seis partidos y solo vio volar los puntos ante el Algeciras, líder del subgrupo A, que ganó por 0-1. El Linense saca el máximo rendimiento posible a los goles de Pito Camacho, un delantero de 31 años que tras pasar por otros equipos de Segunda B como el Izarra y el Mirandés, está realizando una temporada brillante en la que ha marcado 9 goles en 18 partidos de Liga.

El Murcia de esta nueva fase no puede ser el Murcia de antes y necesita un cambio radical. Ganar al Linense sería el primer paso, un revulsivo para un murcianismo que está harto de sufrir y que necesita una alegría para seguir latiendo tras tanta decepción.