El murcianismo, una pasión irracional que sigue creciendo y no encuentra techo
Más de 13.000 seguidores han sacado ya su abono para la próxima temporada en una tendencia al alza que promete batir récords
El Real Murcia lleva días de desenfreno. 10.000, 11.000, 12.000... La cifra de abonados no ha parado de subir, sobre todo durante ... esta semana. Ya son más de 13.000 los que han sacado su carnet. Y acaba de empezar agosto. «A este paso hay que ir pidiendo la ampliación del estadio», señala Inés María Gómez, peñista. La temporada pasada hubo un total de 14.500. Ese listón ya está al alcance. Tampoco parece demasiado alto el de los 16.000, objetivo del club. «No estamos en un momento para ponernos límites», asegura Pablo Guzmán. Aficionados y peñistas son testigos y a la vez forman parte de un fenómeno que está superando las previsiones más optimistas.
«El otro día subí al campo y había mucha gente haciendo cola. Creo que vamos a llegar a los 15.000 rápidamente», afirma Pepe Almansa, presidente de la peña Los Coloraos. «Hemos normalizado algo extraordinario y es ver cómo ha crecido la masa social pese a llevar ya 12 años en el barro. Antes se hablaba de los 5.000 de siempre y ahora ya estás estabilizado en cifras que duplican a esos números que eran en fútbol profesional», apunta Alberto Lozano, presidente de El 15 Pimentonero y un fijo en cada partido del equipo en casa o fuera, tanto en pretemporada como en la Liga.
Los datos
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14.500 fue la cifra total de abonados la temporada pasada, un récord en la tercera categoría.
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16.000 es el objetivo del club para esta campaña, un 10% más que el curso anterior.
En la Federación de Peñas del Real Murcia (Fepemur), por ejemplo, ya hay más de 4.000 peñistas abonados. «Estamos apunto de superar los números del año pasado», avanza el presidente Salvador Oliva. Guzmán, presidente de la peña Región Grana, también está viviendo está movilización popular que está protagonizando el verano del Murcia: «El murcianismo demuestra una vez más lo grande que es. Desde que nos eliminaron contra el Nàstic es brutal la cantidad de gente que decía que iba a renovar y que contara con ella. Han traído hijos, amigos, gente que nunca había sido abonada... Se respira mucha ilusión».
Nuevas generaciones
El club ha apostado este año por promociones para jóvenes. Ese rejuvenecimiento de la masa social es uno de los grandes valores de un murcianismo al alza. «Ya no ves solo gente de veintitantos. Empiezan a venir desde pequeñitos», indica Inés María Gómez, de la peña Campos del Río '08. Oliva no recuerda nada igual: «Son abonados para siempre, la gente que se abona joven es difícil que se desencanten y más si el proyecto sigue creciendo». Coincide Lozano: «Pese a que únicamente han conocido sinsabores de su equipo, siguen mostrando una fidelidad inquebrantable y luciendo con orgullo los colores de su club por la ciudad. Impresiona ver en tantos niños y niñas la pasión que tienen, y cómo van atrayendo al club a compañeros de colegio».
Los cambios culturales y sociales también llegan al Enrique Roca. Cada vez hay más aficionadas al fútbol y al Real Murcia. «Yo lo estoy viendo en mi peña. Posiblemente ya hay más mujeres que hombres», informa Almansa. «Siempre he visto mujeres en el fútbol, pero se nota que cada vez hay más chicas en las gradas», confirma Oliva, que relevó en la presidencia de la Fepemur a Maribel Cabezos. «Creo que también está muy bien fomentado por el club a la hora darle visibilidad conjunta a sus equipos masculino y femenino en todos los actos sociales como en las visitas a los colegios o a la caseta de navidad. También que la presentación de camisetas sea mixta y aparezcan jugadoras como Laura Mazón y Amor Guiard», explica Lozano. Los éxitos de la selección española o los Balones de Oro de Alexia Putellas y Aitana Bonmatí también ayudan. «Por fin las cosas están cambiando. Siempre ha parecido que el fútbol era una cosa de hombres. El propio fútbol femenino está escalando puestos. A las mujeres nos gusta el fútbol y nadie va a hacer que eso cambie», avisa Gómez.
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Pero no solo hay una nueva generación que viene pisando fuerte. También hay aficionados que están reencontrándose con el Real Murcia. «La gente joven también está tirando de sus padres y de sus abuelos que no han sido nunca abonados o no lo han sido durante muchos años y están volviendo por ese impulso de los más pequeños», añade Guzmán. En su caso, tiene peñistas que llevaban 10 años sin ser abonados y que ahora han vuelto. Almansa también ha visto casos de personas que dejaron de ser abonadas y que han regresado. «Bienvenidos sean. Aquí no sobra nadie. Lo importante es recuperar a gente y que vengan nuevos», subraya Oliva.
Pasión en Cataluña
La pasión no solo recorre cada uno de los rincones de la ciudad o de la Región. Se desborda y va más allá. De hecho, acaba de nacer Barna Grana, la primera peña oficial del Real Murcia en Cataluña y que próximamente entrará en la Fepemur. Su presidente es Rubén Bascuñana y fundó la peña recientemente tras ir conociendo a más gente cercana que era del Murcia, incluido el rapero Blon. Nació en Cataluña, pero heredó el sentimiento de su abuelo, que llegó a jugar en el Imperial, y de su padre. Empezó a ver partidos de fútbol con ellos. «Me enamoré. El Real Murcia es mi vida», admite.
Además, a diferencia de hace años, la gente está empezando a dejar de ser de clubes grandes como el Real Madrid o el Barcelona. «Antes no veías una camiseta del Real Murcia por la calle. Ahora ves a niños, adultos... El equipo se va haciendo más fuerte en su tierra», destaca Guzmán. «El club y las peñas están haciendo un trabajo muy duro en cada localidad en ese sentido para que el murcianismo arraigue más en la sociedad. Se empieza a ver que está calando», observa Oliva. Lozano va más allá ya que «creo que es una corriente hasta nacional, ya que en los últimos años se está viendo como todos los clubes históricos están llegando a cuotas de masa social muy altas». El propio Bascuñana corrobora esa sensación: «Cada vez hay más sentimiento por lo de su tierra. Lo estoy notando no solo con el Murcia, sino con muchos equipos. Tengo algún amigo que es del Dépor por su familia».
Felipe, el último impulso
Pero este resurgir no es espontáneo. Lleva años formándose. Todo nació en los momentos más oscuros, cuando en 2018 el equipo se vio al borde de la desaparición y la afición reaccionó con el 'SOS Real Murcia' o acudiendo a una ampliación de capital de alcance internacional. «Eso supuso un antes y un después. Murcia entendió que el Real Murcia era algo suyo, que tenía que defenderlo», recuerda Guzmán. Por su parte, Oliva considera que «la venta de pulseras no fue la salvación del club, pero hizo que todo se activase. Sin ese movimiento no hubiera venido todo lo que ha venido después». Y en 2023 el que vino a Murcia fue Felipe Moreno.
«Aporta cosas al equipo y a nosotros. Se ha mantenido el precio. Eso el abonado lo nota. Ha habido veranos en los que hemos estado con la intranquilidad de no saber si íbamos a empezar la Liga. O hace poco salimos de la lista de morosos. Eso es gracias a Felipe Moreno», reconoce Gómez. «Está limpiando, saneando. Era fundamental. La venta de pulseras, la compra de acciones... Todo eso está muy bien, pero para salir del pozo había que hacer lo que este hombre ha hecho», comenta Almansa. «Tuve el placer de conocerle en noviembre, cogí el mismo vuelo que los jugadores, y le felicité por todo. Nos ha salvado. Me dijo que no, que todavía quedaba mucho», dice Rubén. Con esa normalidad recuperada, el aficionado puede pensar en fútbol. Y en un equipo que puede ayudar a dar un empujón a la campaña. De momento, la gente está recibiendo con confianza el nuevo proyecto de Asier Goiria, director deportivo, y con Joseba Etxeberria como nuevo entrenador.
Desde el descenso administrativo de 2014 a Segunda B, el Real Murcia está luchando por volver al lugar que históricamente le corresponde. Ha pasado por todo y no se ha rendido. La temporada pasada ya se vendieron todas las entradas un par de veces, por ejemplo. Y en las últimas campañas se han ido batiendo los récords de abonados del club en la tercera categoría. Ahora, aún en Primera Federación, se siente que cada día está más cerca el ansiado regreso al fútbol profesional. El apoyo, en el Enrique Roca o en los partidos a domicilio, no volverá a faltar por parte de un murcianismo al que no se le puede poner límites.
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