Pinturas que hablan de pinturas
El Museo Ramón Gaya rinde homenaje a la pintora murciana Mercedes Martínez Meseguer destacando su doble faceta de artista y educadora, con una muestra de su producción y cuadernos de apuntes
YOUSRA TAKAROUMT
Viernes, 24 de marzo 2023, 17:13
Dentro de una vieja construcción (actualmente remodelada) de techos altos y suelo ajedrezado, con cristaleras y una luminosa galería interior, pasaba muchas horas la pintora murciana Mercedes Martínez Meseguer (1950-2004). Ese espacio cumplía tres funciones: su propia casa, estudio y taller de pintura y escultura para niños. Allí ha creado la mayoría de sus obras, de las que algunas se encuentran en la sala Velázquez del Museo Ramón Gaya, hasta el 17 de julio.
'El taller' es una exposición en homenaje y recuerdo a la artista y a la casa/taller que estaba junto al mercado de Verónicas, en pleno corazón de la ciudad. Además, su hogar era el tema recurrente de su trabajo. Lo refleja en muchas de sus obras desde diferentes ángulos y perspectivas. La muestra acoge una docena de pinturas junto a numerosos apuntes donde la creadora explicaba la filosofía de su taller. En su caso, siguió las teorías de los profesores y educadores Viktor Lowenfeld o Elliot Eisner, aún vigentes en el campo de la educación artística. También se incluye una libreta con homenajes a otros pintores, como el italiano Giorgio Morandi. Y un vídeo de hace unos cuarenta años donde se pueden observar más obras que están vendidas y la casa en su estado original.
'Interior de la casa I' refleja lo laberíntica que era la casa, con dos marcos de puertas y una ventana al fondo. «Justo debajo de esa ventana está el bar Almudí», señala Rafael Fuster, director del museo. Delante de la ventana se aprecia una mesa con un ramo de flores, que sería la mesa de la entrada de la casa. También se puede identificar el suelo ajedrezado en blanco y gris que pinta en numerosas ocasiones.
Mercedes Martínez Meseguer no solo alimentaba sus lienzos de imágenes de su casa. Sus obras son «pinturas que hablan de pintura». En 'Interior de estudio V' (homenaje al pintor francés Matisse), recoge un caballete con un lienzo y dos obras colgadas en la pared, que se pueden observar a través de una puerta en forma de arco. También se pueden distinguir algunas libretas en una mesa y una enorme puerta de balcón.
El caballete es un elemento que se recoge en varias obras, también aparece en 'Interior de la casa II', la obra que figura en el cartel de la exposición. Un cuadro muy colorido y con muchas líneas, muy bien definidas. Podría ser la visión que tuviera la artista situada de pie con el lienzo delante, rodeada de apuntes y libretas en el suelo y también sobre una mesa delante de una enorme ventana. «Su obra también bebió de las tendencias. Esa explosión de colores quizá venía de la 'Movida' madrileña y de su característica forma de trasladar todo lo geométrico de esa casa al cuadro. Es una abstracción de la realidad», anota Fuster.
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La murciana tenía especial interés en analizar y estudiar los colores, la interacción entre diferentes tonos del mismo y entre diferentes tintes. Esto se puede apreciar en 'Estudio de color'. Una obra compuesta por 69 pequeños dibujos de forma cuadrada que pueden parecer una tabla de colores de Pantone. Un trabajo minucioso que realizaba para comprender mejor la composición de los colores y trasladarlo luego a sus cuadros. «Sería un ejercicio mecánico, pero en cierta medida muy interesante», opina el director.
Rafael Fuster destaca que otra de las características particulares de Mercedes Martínez Meseguer es su interés especial en retratar las flores secas. Como las que se pueden contemplar en 'Claveles'. Las ramas están totalmente inclinadas pero siguen sujetas a la raíz de la planta, como se aferran las personas a la vida a pesar del cansancio o dificultades.
El Museo Ramón Gaya rinde tributo al trabajo de Mercedes Martínez Meseguer por ser pionera en la educación artística infantil, fomentando la creatividad en los más pequeños. Además de impartir clases en su taller, considerado el primero que abrió en los años ochenta en la ciudad. En sus apuntes señala que ofrecía: «libertad para enfocar los trabajos según el criterio de cada chico; conocer los materiales plásticos y su utilización; introducirlos en el conocimiento del arte actual con visitas a Museos; situarlos ante temas que tengan varias soluciones...».
