Olas de pensamientos

El artista, también antropólogo, ingeniero forestal y codirector de La Cámara Roja (en Vistabella, Murcia), siente la necesidad de divulgar y promover valores de respeto, conservación y sostenibilidad de nuestros mares y océanos, a través de la observación de lo externo y la reflexión profunda y emocional que se incorpora a las fotografías. Percibe la contemplación del mar como un momento de meditación sobre muchos aspectos de la vida y en especial sobre el mar mismo. «Los movimientos infinitos de las olas –detalla– los asemejo al pensamiento que tenemos en la cabeza cuando nos sentamos frente al mar y dejamos la mente volar».

Las 31 fotografías que forman la muestra no tienen título individual, el artista prefiere que el espectador identifique el paisaje o simplemente observe su belleza sin poner atención al lugar geográfico. Pero indica a LA VERDAD que el 80% de las playas que recoge son de la Región de Murcia, especialmente del litoral de Cabo de Palos, Cartagena, Mazarrón, Águilas, y algunas imágenes de Cabo de Gata, de Almería y de playas asturianas. «También está muy bien representado el Mar Menor, aunque no parezca que es Mar Menor», especifica.

Las fotografías están agrupadas por colores, de verde, azul y naranja, pero el color predominante es el rojo. Para el autor es símbolo de la pasión, la fuerza, la energía y el desgarramiento. «Me siento muy cómodo, muy representado». La identidad gráfica del estudio que comparte con Silvia Marte, también lleva el rojo.

David Flores tiene una relación especial con la naturaleza. «Desde bien pequeñito, en un bosque, una montaña, un desierto o en el mar, es donde realmente me encuentro a mí mismo: libre, feliz, conectando con mi ser encuentro mi esencia», expresa el artista. Estas sensaciones le motivan a trabajar en proyectos personales para crear conciencia sobre el estado de las costas de todo el país y en especial de la Región. Hoy en España solo el 3% del litoral mediterráneo, el litoral cantábrico y del mar Cantábrico está protegido. Y más del 40% de la superficie de la costa está destruida por urbanizaciones, presencia humana y construcciones», denuncia.

Para conseguir el resultado final de 'El mar y el infinito', el fotógrafo lleva desde 2017 realizando fotografías. El proceso creativo ha sido muy lento y la producción también al tratar de un proceso artesanal, manual y químico, excepto la última parte que es digital. Además de algunos contratiempos por los errores que han ido surgiendo. «Son muy importantes los errores que se cometen, en muchos de ellos es donde he encontrado una fórmula que me puede ayudar a expresar lo que quiero».