El cuerpo como un espacio habitable

«Es un recorrido por el cuerpo herido, pero también curado». Así podría definirse, según la artista, el proyecto. El trayecto podría comenzar con la pieza 'Por la boca de la herida', donde aparece una bomba de aceite rojo que brota y va cubriendo y manchando la cerámica que en su origen es blanca. «Se puede ver la pieza que está viva, palpitando y herida. A la vez termina y no se sabe si está retornando o se cura. Va a depender un poco del punto de vista del espectador», explica. Siguiendo ese viaje entre el comienzo y el fin de una herida, en una de las piezas «se puede ver cómo el esmalte se ha caído, como una renovación o cambio de la piel, remitiéndonos a la idea de la descamación».

El vídeo performance que se proyecta en la sala de T20 parte de la idea de suturar (la herida) y se ha realizado en colaboración con la artista Delia Boyano. La pantalla está instalada «en un mueble de madera en medio de la sala a modo de telar, que sirve para coser, en este caso, curar metafóricamente esa herida», desvela la malagueña. «Aparece como una especie de falda que tiene tiras de rafia y al final están los trozos de cerámica que voy recogiendo como si fuese a coser una herida. Voy pegando la piel a mi cuerpo y termina siendo el tejido de mi espalda», remarca.

El patrón común en todas las obras de Paloma de la Cruz es la cerámica y el cuerpo. El interés por juntar estos conceptos surgió en la Facultad de Bellas Artes de Málaga donde la artista, inspirada en toda la arquitectura andaluza que la rodea, decide explorar la relación entre el cuerpo y el barro. «Es un material que remite directamente al cuerpo, a la carne, porque se tiene que manosear, tocar mucho, tiene un punto también primitivo en el que apetece el contacto», explica.

Trabaja con el barro blanco como una hoja limpia sobre la que va dibujando y pintando motivos de lencería, de encaje y azulejos. «Remiten a la idea del espacio arquitectónico y los motivos textiles que cubren el cuerpo, al final habitamos en esos dos espacios y me gusta unir los dos conceptos en mi obra», reconoce De la Cruz. Aunque, en la obra 'Escombros de lencería' utilizó como base el barro rojo por el concepto que recogía esa obra y le sorprendió el resultado, por lo que no descarta volver a utilizarlo en futuros trabajos.

Desde hace un año y medio Paloma de la Cruz se ha instalado en Madrid. Allí se encuentra el estudio y el horno donde elabora las piezas que le llevan como mínimo dos meses de trabajo cada una. «Es un proceso lento que requiere mucho tiempo, pero siempre suelo trabajar varias piezas a la vez, al menos dos o tres. Excepto una pieza que tiene unos cinco metros en la que me centré totalmente y me llevó casi seis meses de trabajo», recuerda.

Su próxima exposición es en la Feria Estampa de Madrid, del 13 al 16 de octubre. Anteriormente, el 3 de octubre estará en Málaga, en el pueblo museo de Genalguacil, donde dedicará un mes y medio a un nuevo proyecto. Es un espacio abierto donde cualquier persona puede entrar y observar cómo produce sus obras en directo, al igual que en su estudio de Madrid.

Paloma de la Cruz agradece a Belinda Martín la elaboración del texto principal que acompaña las obras y a la artista de Puerto Lumbreras Sonia Navarro por los textos que también incluye la exposición que inaugura hoy en la galería de Nacho Ruiz y Carolina Parra. En la web de la artista (https://palomadelacruz.com/) pueden consultarse cuatro catálogos que engloban parte de su obra con textos de artistas y se pueden adquirir enviando un correo a palomadelacruzstudio@gmail.com