La crisis masculina de los 40: ¿Desenfreno o estabilidad?

O al menos así lo creyeron Eduardo Galán y Pedro Gómez, los dos autores de esta obra producida por Secuencia 3 que desprende humor, pero también ternura, soledad, realidad y una cara humana que acaba conquistando el corazón de los espectadores. Sucede con Quino, el protagonista de 50 años interpretado por Gabino Diego, un guionista de televisión, víctima del trabajo inestable y en plena crisis que es abandonado por su mujer «por gordo y por calvo». Hasta la fecha ha vivido en un amplio piso del centro, pero su mujer ha abandonado la vivienda y ahora espera que él la venda y le dé la mitad del dinero. Sin embargo, para Quino no es tan sencillo: esa venta le provoca una enorme angustia porque significa la pérdida definitiva de su mujer, con quien quiere volver «por inseguridad, costumbre y dependencia psíquica».

Se ve presionado por su mujer a vender el piso, pero él se resiste todo lo que puede, intentando que nadie se lo quiera comprar: que si las instalaciones eléctricos son defectuosas, las tuberías son viejas... Sin embargo, Quino no sabe decir 'no' y su personalidad frágil e insegura le lleva a firmar documentos de compromiso de venta con tres posibles compradores, Javier, Manuel y Fer. Ellos son interpretados por los actores que completan el elenco, Jesús Cisneros, Josu Ormaetxe y Antonio Vico, y son en realidad tipos de hombres muy distintos. Según van apareciendo en escena, se crean conflictos en cadena y vueltas de giro con un final sorpresa que demuestra cómo ven y cómo llevan las relaciones con las mujeres los hombres de 40 años.

«Serán muchos los hombres que se identificarán con él y muchas mujeres las que se reirán cómplices con sus maridos», aseguran los creadores de esta comedia que pretende mostrar a través de la risa, una fuerte dosis de realidad social: el rostro amargo de la vida, la realidad de la vida en pareja y el conflicto terrible de enfrentarse a la soledad tras una ruptura y una crisis personal.