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La guerrila dispara sus arcabuces a su paso por la calle Loaces.

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La guerrila dispara sus arcabuces a su paso por la calle Loaces. Eva Moya
Moros y Cristianos

La pólvora se impregna en Orihuela a golpe de trabucazo

La guerrilla recrea con su estruendo la refriega entre cristianos y musulmanes por retener el castillo

Martes, 16 de julio 2024, 09:35

La pólvora es olor distintivo de la fiesta en estos lares. Algunos la prenden en mascletá y otros, los oriolanos, preferimos prenderla siempre en mano. Nunca en remoto. Los Moros y Cristianos traen consigo, y previo a los grandes fastos de las embajadas, la recreación misma de la toma del castillo. Como hace las veces el trono de la Convocatoria en la Semana Santa, la ciudad es llamada a rememorar con orgullo la refriega que llevó a la victoria del bando de la cruz sobre el de la media luna con el estruendo de guerrilla, con el retumbar, como dirían algunos cariñosamente, de los 'trabucasos' (sic)

Mientras los que no se sienten festeros toman el sonoro estallido por toque de corneta para migrar a veraniegos destinos de costa, los que ven correr la sangre de Ben Zaddón y la Armengola por sus venas se maravillan con el espectáculo, ya sea tapándose los oídos o, lo más recomendable, cubriéndoselos con unos tapones. Así, si la fiesta te deja sin tímpano, que sea al menos por pasarse la noche de jarana sin despegarse un segundo del altavoz de la kábila.

Los milicianos, perfectamente caracterizados, arrancaron con kilo de la inflamable sustancia por cabeza. Al grito de fuego, empezaron a apretar el gatillo y a disparar a discreción por las calles de El Paseo. Las casas a ambos lados, pese a estar cubiertas con mallas, aguantan Danas y están hechas a prueba de pólvora. Los comparsistas alzaron felices los cañones al vuelo, rieron, disfrutaron, se coordinaron para lanzar sendas salvas conjuntas de artillería y hasta se pegaron carreras por todo ese magnífico telón de fondo que siempre ofrece el vetusto entorno del Puente Nuevo y las adyacentes calles del arzobispo Loaces y del dramaturgo Calderón.

Fundidas las reservas, los guerrilleros dieron paso al noble arte de las tablas. Con la fortaleza que corona el monte San Miguel recreada frente a la monumental fuente de La Glorieta, aguardaba sentado cuantioso público para observar en dos actos la Toma del Castillo. En primera fila estuvo buena parte de los ediles del Ayuntamiento y los cargos festeros con el presidente de la Asociación de Moros y Cristianos, Manolo Ortuño, en primera fila. El primer turno fue de los embajadores del pasado año. Fernando López (Caballeros de Santiago) y José Germán Torres (Moros Almohábenos) llevaron el guión bien estudiado para mostrar al 'patio de butacas' el momento en el que Orihuela logró esquivar de primeras la invasión sarracena gracias al famoso Pacto de Tudmir.

Representación de la Toma del Castillo, anoche, en La Glorieta.

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Representación de la Toma del Castillo, anoche, en La Glorieta. Eva Moya

Acabado el reinado del duque godo Teodomiro, los embajadores de este año, José Francisco Rocamora (Negros Egipcios) y Francisco Ruiz (Seguidores de Arún y Ruidoms), se encargaron de dramatizar, como siglos después, la historia recompensaba a los cristianos, tal y como cuenta la leyenda, con la decisiva intercesión de la astuta Armengola, guiada en la noche de la brutal refriega por los dos luceros de las Santas Justa y Rufina. Con sus hijas -en realidad dos forzudos soldados disfrazados- penetraron en el castillo en el momento en el que el alcaide se disponía a ordenar la masacre del reducto mozárabe que resistió al yugo sarraceno desde el Rabaloche. Toda una memorable batalla que acabó con la cabeza de Ben Zaddón rodando ladera abajo hasta detenerse en los que hoy todos conocen por la Esquina del Pavo, preludio de la entrada a la ciudad de la huestes de Jaime I.

Con los dos primeros grandes actos oficiales de las fiestas concluidos, esta noche se espera sea el gran día de la otra figura protagonista de la fiesta tras la heroína de leyenda. Chelo Moñino, Síndica Portadora de la Gloriosa Enseña del Oriol 2024, saldrá al balcón consistorial al toque de las 00.00 horas para dirigir las palabras que dan la bienvenida al siempre jubiloso Día del Pájaro. Este miércoles la señera oriolana, la que solo se inclina ante Dios y ante el Rey, desfilará portada por Moñino, en compañía de toda la Corporación municipal, en la procesión cívica más importante de la capital de la Vega Baja.

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