Orihuela subirá en más del doble la tasa de basuras en 2025
Los vecinos de la costa serán los que más paguen (238,76 euros al año), según la propuesta que maneja el equipo de gobierno
Se sabía que la subida de la tasa de basuras iba a llegar, pero todavía el equipo de gobierno no le había puesto fecha. Ahora parece claro que, a partir de los año que viene, los oriolanos y propietarios de residencias en término municipal pagarán más por el servicio de recogida de residuos. En concreto, más del doble. Si hasta ahora se venían pagando unos de 70 euros de media al año por domicilio, esas cifras se incrementan hasta los 175,63 euros en pedanías o los 202,53 en la ciudad. Los vecinos de la costa serán los que más paguen: 238,76 euros al año. El cobro, que actualmente es trimestral, pasará a ser semestral.
La propuesta de actualización de la tasa, según ratifican fuentes consultadas por LA VERDAD, ya se encuentra en Intervención. Los planes del equipo de gobierno es que el documento pase por Junta de Gobierno en las próximas semanas previo a su votación por parte de todos los grupos políticos en pleno. La propuesta, que saldrá previsiblemente aprobada con los votos del equipo de gobierno, significará la primera actualización en 21 años. La tasa de basuras lleva congelada desde al menos 2003, siendo alcalde el popular José Manuel Medina.
El subida de impuestos, recalcan desde el ejecutivo, no responde a una decisión política arbitraria, sino que es obligada por ley. Los ayuntamientos tienen de límite hasta abril del año que viene para actualizar sus tasas. La condición ineludible es que estas no pueden ser deficitarias, es decir, el ayuntamiento debe repercutir el coste íntegro del servicio en el ciudadano. Actualmente, Orihuela solo cubre con su actual tasa el 40% del coste del servicio. La nueva normativa, en este sentido, trata de incentivar por las malas que las tasas de recogida de selectiva (contenedores azul, amarillo y verde) se incrementen y, al mismo tiempo, se penalice económicamente a aquellos municipios que menos reciclen.
Sin planta de tratamiento
El servicio de basuras es especialmente caro en Orihuela por distintos factores. A la antigüedad de la maquinaria, que obliga a realizar a menudo costosas reparaciones, se suma un problema estructural a nivel comarcal. Todos los municipios de la Vega Baja deben pagar, no solo por la recogida, sino también por el tratamiento en vertedero autorizado y, además, por la transferencia. El Consorcio comarcal carece de una planta de tratamiento propia para sus residuos, lo que obliga a los ayuntamientos a costear traslados de basura hasta puntos tan lejanos como vertederos radicados en los alrededores de la ciudad de Valencia.
La cuestión de la planta de tratamiento es una asignatura pendiente desde principios de este siglo, cuando se planteó su ubicación en terrenos próximos a la pedanía oriolana de Torremendo. Entonces la oposición vecinal tumbó el proyecto, pero el mismo ha vuelto a resucitar cuando el actual concesionario de la gestión de los residuos a nivel comarcal, Prezero, volvió a proponer la misma ubicación. El Ayuntamiento ya ha mostrado públicamente su oposición a esa ubicación y asegura que está buscando un lugar alternativo dentro del término municipal, el cual todavía no ha trascendido. De tener una planta comarcal, el ahorro sería significativo. Según las estimaciones que maneja el equipo de gobierno, si bien ahora se pagan 150 euros por tonelada transportada a Valencia, esa cantidad podría reducirse hasta los 70 euros.
Ya al inicio de esta legislatura, el alcalde, Pepe Vegara, reconocía que la subida acabaría siendo inevitable. «Evidentemente es algo que habrá que hacer. Todos sabemos que Residuos Urbanos es un impuesto que hay que subir porque la ley nos obliga a que el usuario sea el que cubra el coste total del servicio», explicaba hace justo un año el regidor oriolano.
Promesas electorales
Hasta ahora, en las siguientes ocasiones en las que se ha manifestado el primer edil sobre el asunto, ha recalcado que el equipo de gobierno, en aras de cumplir con lo prometido por el PP en campaña (no subir impuestos), trataría de dilatar la decisión lo máximo posible. «El Ayuntamiento va a esperar ese año hasta que no quedé más remedio para subir los impuestos para que los ciudadanos estén lo más cómodos posible», decía Vegara. Así, el alcalde cumplió con su palabra al no contemplar la subida en el capítulo de ingresos de los actuales presupuestos municipales; cosa que, todo hace indicar, no volverá a suceder de cara a las próximas cuentas que se aprueben.
Asimismo, huelga decir que el servicio se encarecerá previsiblemente en tanto y en cuanto el gobierno busca implementar mejoras en el servicio. Es el caso de los ecoparques del casco y la costa o la ampliación de flota y maquinaria, para la cual se aprobó sacar 2,5 millones de euros de los remanentes hace un año -todavía sin ejecutar-, y que complementará con otros 5 millones más de una modificación presupuestaria que irá a pleno este mismo jueves. Todo ello contribuirá al famoso y largamente esperado «plan de choque» de limpieza, una de las principales banderas del alcalde en la pasada campaña electoral.
Encomienda de gestión
Esta legislatura, por otra parte, se presenta como un curso clave en el servicio de basuras, que va a pasar a gestionar la empresa municipal Surpal, ahora renombrada como Servicio de Gestión Medioambiental de Orihuela SL. El equipo de gobierno PP-Vox, en este sentido, va a encargar un estudio externo que dirimirá si el servicio debe seguir siendo de gestión íntegramente pública o si, por el contrario, debe dar cabida a la inversión privada mediante la entrada de un socio capitalista que genere al Ayuntamiento una mayor capacidad de inversión.
De momento la antigua Surpal no ha empezado a operar todavía porque la mercantil no cuenta con la encomienda de gestión respaldada por el pleno. El equipo de gobierno está todavía pendiente de contar con un informe de viabilidad económica, que dé soporte técnico a esta solución, que, defienden, mantienen el servicio en el ámbito de la gestión pública, pero beneficiándose de una mayor agilidad en las licitaciones. Ahora, el Ayuntamiento debe sacar a concurso público hasta el más mínimo contrato de suministros, desde el aceite de los camiones hasta las bolsas de basuras. Procesos que, en algunos casos, se dilatan meses hasta que encuentran adjudicatario.
Plan Local de Residuos
Estos movimientos no estarán a su vez reñidos con la pendiente aprobación del Plan Local de Residuos. Iniciado por el concejal de RSU durante el mandato de Emilio Bascuñana y actual gerente de Surpal, Dámaso Aparicio (PP), el documento se quedó durmiendo el sueño de los justos tras la moción de censura de PSOE y Cs. Para el actual ejecutivo PP-Vox, dicho plan está llamado a ser una guía que recoja todas las inversiones estructurales que se requieren para modernizar un servicio de basuras que tuvo que ser municipalizado forzosamente en 2012 y que continúa empleando hoy maquinaria heredada de la contrata privada que operaba previamente a aquella reversión a la gestión pública.