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«La música fue el primer arte al servicio de la Semana Santa»
El pregonero, Roberto Rabasco, se valió de una orquesta para recrear los siete días de pasión y su amplio repertorio ante un Teatro Circo abarrotado
«La música fue el primer arte al servicio de la Semana Santa». ¿Qué iba decir si no un músico? Pues en esa tarea, la de demostrarlo, se empleó Roberto Rabasco López, a la sazón, glosador del pregón de este año. Y lo hizo, además, de la manera que solo un director de orquesta de alta talla sabe hacer: erizando al respetable con esas bellas melodías que a todo oriolano haría remontarse a las más memorables noches de pasión.
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«Es un orgullo porque es un privilegio haber nacido en este enclave de enorme regocijo cultural e histórico». Arrancaba orgulloso de sus raíces el director de la agrupación musical de Benferri, una de las infalibles de la fiesta. Es más, se valió de ella y de sus manos para guiar a un abarrotado Teatro Circo por una sentida reconstrucción de todas las emociones que, al paso de las estaciones penitenciales, llevan al nazareno de la tristeza de la muerte al regocijo y redención de la resurrección.
Todo, eso sí, montados en su carro. Desde la óptica de quien le toca abrir paso a los cirios batuta en mano. «Desde la perspectiva de los músicos, desde nuestra ubicación en el cortejo procesional, contemplamos estampas y momentos llenos de ternura tales como niños y niñas revisando sus caramelos con gran ilusión, alegría y felicidad. Familias completas que escuchan con respeto y atención nuestras interpretaciones sorprendidos de nuestra perfecta formación y admirados con la brillantez y elegancia de nuestros uniformes. Costaleros, mujeres y hombres modestos que acompañan su caminar con la cadencia de nuestra música en una mezcla de sufrimiento y oración», recreó.
Y, una vez terminado ese hermoso relato que empieza cada año con las mantillas y termina con el caballero cubierto y las aleluyas cayendo por cientas junto a Santa Justa y Rufina, concluyó. «Me permito exhortar a todos los que participamos en esta maravillosa familia a que, por encima de todo, es responsabilidad de todos proteger y conservar nuestro valioso patrimonio musical».
Un mensaje que, a tenor del largo aplauso, caló en los corazones del patio de butacas y de la Junta Mayor, encabezada por el obispo, José Ignacio Munilla, y la alcaldesa, Carolina Gracia, y que, antes de su pública asamblea pudieron disfrutar del primer pasacalles del año. Formado por representantes de todas las cofradías escoltados por Los Armaos, los cofrades desfilaron por las calles en un recorrido que les llevó desde la plaza Ramón Sijé hasta el Santuario de Monserrate para regresar al teatro.
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