El Ayuntamiento de Orihuela esteriliza en siete años a casi 3.000 gatos callejeros
Más de 1.000 de los felinos fueron recogidos en la costa, donde algunos cuidadores piden un mayor control
Orihuela daba en 2023 un paso más con la puesta en funcionamiento de puntos de alimentación de gatos callejeros controlados por personal autorizado. Pero la castración ya venía siendo práctica habitual previa a la llegada de la nueva Ley de Bienestar Animal. El Ayuntamiento contabiliza que, desde 2017, lleva 2.916 animales esterilizados, de los que 1.143 procedían de la costa (65 este año).
En el litoral, algunos cuidadores piden un mayor control e inversión en la gestión del denominado método CER, por el cual los gatos son capturados, conducidos a una clínica autorizada para su castración y devueltos a sus lugares de origen. En Orihuela Costa, de este proceso se encargan tanto Asoka como algunos voluntarios residentes. Una de ellas Isabel Befán, vecina de Campoamor, ultima los trámites para crear la Asociación Colonias Felinas de Orihuela Costa y cuenta con carné municipal de alimentadora desde septiembre. En el pasado Pleno dirigía una pregunta a la edil de Sanidad, Irene Celdrán. Denunciaba que la información sobre el programa, que el Ayuntamiento ha venido financiando con subvenciones de la Diputación, es todavía «muy pobre». «No tenemos ningún apoyo y seguimos sufriendo el acoso de parte de la ciudadanía por la falta de información».
La cuidadora relataba cómo los bebederos, por ejemplo, les eran robados y cómo los perros sueltos a menudo espantan y atacan a sus protegidos. «Los gatos para poder comer se juegan la vida. Nos siguen desapareciendo gatos en determinadas colonias, muchos castrados desde hace tiempo por lo que sabemos que no se han ido voluntariamente», contaba.
La edil de Sanidad reconoce que la situación de las colonias felinas en Orihuela Costa es «deficiente». Señala que el Consistorio se encuentra en proceso de redactar un plan felino municipal del que espera que salga un censo definitivo. Aun así, critica que la Ley de Bienestar Animal se aprobó sin redactar un estudio económico previo que estimara el coste que la gestión de las colonias tendría para las administraciones locales.
«Nacimientos incontrolados»
La edil recuerda que el sentido de las castraciones es el de evitar los nacimientos incontrolados de animales. «La presencia de los gatos en la calle supone ausencia de bienestar para ellos mismos y para las especies que los rodean». Hasta el momento, recuerda la edil, se han realizado cuatro sesiones formativas a 111 personas, 51 de ellas de Orihuela Costa, así como dos campañas publicitarias. «Y se harán más porque entendemos que el desconocimiento de este problema no ayuda a su solución».
Befán recuerda que la única colonia señalizada en la costa está en el paseo de Aguamarina, por lo que son muchas las que quedan por señalizar. En este sentido, pide que los carteles aporten información más allá de indicar la prohibición de alimentar a toda persona no autorizada. «Deberían poner más información legal y sobre los cursos de formación. Las prohibiciones genéricas y amenazas de multas no es el camino», valora. Asimismo, denuncia que el Ayuntamiento está haciendo un esfuerzo mayor en las castraciones en el casco urbano que en la costa. «Para nosotros son un máximo de cinco gatos a la semana. Y no todas. Una tarea que se dificulta además cuando se cambia el día, ya que lo notifican con muy poca antelación».
Hasta ahora, según la edil Celdrán, son 34 las personas que han recibido una primera remesa de carnés de alimentador, sin embargo, descarta empezar a poner instalaciones como en otros municipios hasta que no hayan concluido el censo del todo el municipio. Las decisiones, insiste, se tomarán de forma técnica en una comisión integrada por la veterinaria municipal, personal del centro de protección animal y representantes de las asociaciones de bienestar animal del municipio.
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Los voluntarios se quejan deque deben asumir el costede mantener las colonias
Isabel Befán, a la que solo le falta el CIF, para constituir la asociación de voluntarios en Orihuela Costa, ya gestiona unos quince gatos repartidos en dos colonias de Campoamor. Cuenta que, junto a ella, se han coordinado otras cuatro personas, una de las cuales ya cuenta también con el carné municipal. Más o menos, entre los pocos integrantes ya tienen cubierta la primera línea de costa. «Tenemos dos personas en Cabo Roig, una en Aguamarina y otra en Punta Prima», explica.
También colaboradora de la Asociación de Vecinos de Cabo Roig y Lomas, reivindica la labor social que hacen. «A excepción de las escasas castraciones proporcionadas por el Ayuntamiento, el mantenimiento de las colonias es sufragado íntegramente por voluntarios, con el elevado coste que esto conlleva. Su alimentación, tratamiento veterinario e incluso cuando se da el triste caso de tener que sacrificar a uno». Befán reclama que el Ayuntamiento no dependa en exclusiva de la Diputación y financie el programa en parte con el propio presupuesto de la Concejalía de Sanidad. «Esto facilitaría el sistema de castraciones con los veterinarios de cada zona y sería muy beneficioso para las colonias y los profesionales del sector».
Asimismo, reivindica que los gatos que gestionan son «comunitarios y algunos domésticos que fueron abandonados» A su parecer, tener gatos comunitarios «es un beneficio ya que hacen su labor de control de plagas y desde luego no son un peligro para la biodiversidad», sostiene Befán.