Andrés Navarro no descarta dar el salto al grupo de no adscritos tras su dimisión
El socialista calificó la elección de Bárbara Soler de «unilateral» y acusó a su partido de operar «a espaldas de la comisión ejecutiva y de la militancia»
A falta del próximo paso que decida dar el dirección del PSPV, la continuidad como afiliado del hasta ayer secretario general y todavía portavoz del partido, Andrés Navarro, está en el aire. Tanto que, ha confesado este viernes, no descarta su paso al grupo de concejales no adscritos y, por ende, su ruptura total con el partido para el que lleva militando más de 40 años, los últimos seis de ellos desde la primera línea. «Cuesta despegarse del partido que he estado defendiendo en épocas muy duras como la del alcalde Pedro Hernández Mateo (PP)», rememoró dolido. Aun así, reconoció, «realmente no queda nada de legislatura. He barajado dejar la portavocía, pero no sé si merece la pena a estas alturas».
Lo que es seguro es que a partir de este viernes la agrupación socialista torrevejense entra en un inestable periodo de interinidad. La decisión de Andrés Navarro supone en la práctica la caída de toda la comisión ejecutiva local y, por tanto, la urgencia por constituir una gestora que pueda tomar el timón del partido durante un máximo de 90 días, según establecen los estatutos. Y la cuenta atrás para las elecciones de este mayo apremia más que nunca.
En esta, su primera comparecencia tras el anuncio de su dimisión ayer noche, Navarro hizo un pormenorizado relato de lo sucedido intramuros. Recordó que el calendario que el PSOE manejaba para la elección de sus candidatos a las próximas municipales en toda España era finales del año pasado y que se hizo una excepción con Torrevieja. Entonces, aseguró, él ya presentó su intención de volver a ser el cabeza de lista de los socialistas en la ciudad salinera, pero «no se tuvo en cuenta».
En todo momento, Navarro coloreó una fatal historia en la que él ha sido el principal «ninguneado» al no haber recibido en ningún momento explicaciones de su propio partido, al que acusó de operar «a espaldas» de toda la militancia torrevejense. «Se está pasando del secretario general y, no solo de mí, también de la comisión ejecutiva local y de toda la agrupación», subrayó.
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Entonces llegó Joaquín Martínez Campillo. Primer candidato propuesto por el aparato del partido, acabó retirándose de la pugna electoral apenas cinco días después por «motivos de salud». Una causa que Navarro puso en entredicho. «Esos problemas son una forma fácil de salir sin tener que dar explicaciones». «Fue un nombramiento, una dimisión rápida y una recuperación también muy rápida», desgranó sin aportar mayores certezas.
A la desesperada, describió Andrés Navarro, el partido ofreció el número uno entre multitud de afiliados de la comarca e, incluso, dijo, al líder de Sueña Torrevieja, Pablo Samper. Así hasta llegar a la última apuesta del PSPV, la independiente Bárbara Soler. Una designación que calificó de «unilateral». «Los estatutos del partido establecen que el candidato lo elige la Asamblea salvo casos excepcionales y justificados. Aquí no había ninguna justificación», recalcó.
Y, pese a que negó tener «ningún problema personal» y reconocer la validez de Bárbara Soler como candidata, cuestionó su apego y querer por el proyecto socialista. «Creo que está más ligada al Partido Popular, sobre todo su familia, y ella también ha hecho sus pinitos», deslizó. «No se que criterio han tenido para elegirla».
A día de hoy, añadió, ni siquiera ha podido mantener una reunión con la nueva candidata. «He hecho intentos de verme con ella y la única contestación que tuve fue, ya no de ella directamente, sino del secretario general comarcal, que me dijo que se reuniría el lunes conmigo, con ella y con otras personas del partido en la comarca, sin dar nombres», criticó. «Parece ser que ella tampoco tiene mucha libertad, que tiene que ir tutelada», remachó.
