El cambio está en tus manos
Necesitamos políticos capaces de enfrentar, desde el ámbito local, los desafíos globales que a todos nos atañen
El tiempo es un fenómeno curioso, decía Borges, uno de los mayores misterios del hombre que, aunque nos esforcemos por congelar, continúa transcurriendo.
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Nos acercamos ... al final de la campaña de las elecciones autonómicas y locales del 28 de mayo. Una época feliz para algunos, temida para otros, y odiada por aquellos que vociferan el discurso de 'aborrecer la política'. A estos últimos lamentamos informarles de que la fiesta no acaba: aún quedan por transcurrir las presidenciales de este año y en 2024 tendrán lugar las elecciones europeas. Por cierto, curiosamente se cumplen diez años de un ciclo político: allá por 2014, ante la campaña al Parlamento Europeo surgían los protagonistas de esta era –Podemos, Ciudadanos, Vox, entre otros–, lo que nos lleva a plantearnos: ¿es este el principio del fin? ¿O se consolidará esta forma de hacer política?
Y como ya citamos a Borges, traeremos al famoso personaje de Funes el Memorioso. Ireneo Funes era un joven que poseía una característica muy particular: recordaba con absoluto detalle cada suceso de su vida. Aprendía idiomas sin esfuerzo, sabía la hora exacta en cada momento, y afirmaba tener más memoria que cualquier hombre vivo.
Lo que no podía hacer Funes, sin embargo, era conectar todos estos pensamientos para llegar a alguna conclusión. Y es que el ejercicio de pensar no es más que eso: la mente necesita depurar lo que no sirve para realizar el proceso de abstracción, mediante el cual se construye el conocimiento. En la realidad, creemos humildemente, sucede igual: necesitan depurarse aquellos elementos que han surgido sin ninguna intención de trascendencia para que permanezca lo relevante. Las personas, de igual manera, necesitamos conectar los sucesos vividos para realizar un análisis profundo y elaborar conclusiones –en la medida de lo posible– útiles y que sirvan a nuestro aprendizaje.
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Hoy queremos repasar ciertas tendencias que se han consolidado tanto en España como en Europa, y la Región de Murcia no es la excepción. Por un lado, los nuevos partidos han adoptado características del populismo, cada uno desde su espectro ideológico: Podemos y su discurso antiburgués, Ciudadanos y su liberalismo 'sin ideología' (como si algo así fuese posible) y Vox con su ya manido discurso nativista-tradicionalista... Las soluciones mágicas aparecen por doquier como ofertas tentadoras. Sin embargo, muchas veces quienes parecen genios, como Funes, y prometen el oro y el moro, no poseen la capacidad de articular a todos los actores sociales necesarios para generar soluciones reales a los problemas que aquejan hoy a nuestros vecinos y vecinas. Los discursos son muy bonitos, cualquier candidato que nunca gobernó puede prometer una infinidad de mundos. El desafío es poder cumplir con esas promesas.
Por eso queremos hacer un guiño al PSOE y al PP. Pese a las diferencias que poseen, ambos partidos han podido mantener su representación de base, con su respectiva consolidación de cuadros de mando intermedios, y transmitiendo una visión de la región y del país a largo plazo, fruto no solo de sus líneas ideológicas sino también de la experiencia propia de gobierno. Ambos siguen creyendo en el proyecto de una España unida y de una Europa unida, lo que refuerza nuestra idea de que elaboran análisis profundos de la realidad y no discursos creados a partir de hechos aislados, como nuestro amigo Funes. Por ello, con independencia de los resultados, la estabilidad y pervivencia de un sistema –no perfecto– de democracia como el español, el único que nos permite vislumbrar un futuro sólido y sostenible, está vinculada a que tanto PSOE como PP sigan siendo nucleares. Otra cosa es cómo se reparten el relato en cada momento. Ahora, el Gobierno de Pedro Sánchez puede poner en valor que ha sido eficaz en lo económico y equitativo en el reparto, lo que obliga al PP a refugiarse en otros temas como, por ejemplo, el 'movimiento vasco de liberación'.
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Siendo justos, no podemos negar que este nuevo ciclo ha demostrado tener nuevos actores que también se presentan como una fuerza alternativa con contenido. Es el caso de Sumar, un movimiento social y político promovido por sindicalistas, laboralistas y profesores universitarios con ganas de diversificar el arco político y con una aspiración de gobierno real. Una buena propuesta de integración entre todos los que –no siendo socialistas– sí creen necesaria la unidad de las fuerzas y pensamientos de izquierda transformadora. «Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos».
A modo de reflexión final, como dice Pepe Vélez: «El cambio está en tus manos». Necesitamos políticos capaces de enfrentar, desde el ámbito local, los desafíos globales que a todos nos atañen (cambio climático, desertificación, desempleo, despoblación...), esos políticos marcarán el rumbo de la Región y del país que queremos ser. Pensarán, y no morirán... como el pobre Funes.
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