Vamos a contar mentiras tralará

–Falta a la verdad usted, cuando escuda la necesidad de fijar caudales ecológicos por encima de 6 m3/s en la salud del río. Su equipo técnico lo reconoce en círculos privados. Son decentes intelectualmente, aunque no eleven la voz.

–No dicen la verdad cuando afirman que han enviado más agua que nadie en estos años. Aluden a los once meses de 'trasvase cero' del fatídico año hidrológico 2017-2018 como si la decisión de no enviar agua hubiera sido política. Cuando, en realidad, estuvimos once meses en nivel 4 y la ley, en ese nivel, impide trasvasar un solo metro cúbico de agua. Sin embargo, con su proverbial 'generosidad' hemos dejado de recibir en el Levante más de 147 hm3 pese a estar en nivel 3 y habiendo mucha agua embalsada algunos meses y todo ello porque, en este nivel, la ley le permite a usted hacer de su capa un sayo y de su voluntad... ley. Su política es mil veces peor que los efectos del cambio climático.

–Miente cuando afirma que hemos iniciado de nuevo la guerra del agua. No señora, esa guerra no ha cesado nunca, debido entre otras cosas a políticas como la suya. Es usted, avalada por su presidente, Pedro Sánchez, la que ha abierto una nueva vía para las hostilidades entre regiones en materia de agua. Ha rizado el rizo abriendo una lucha intestina entre los líderes regionales de su partido en CLM, Murcia y Valencia. A estos dos últimos les lanzó a comunicar un acuerdo –política, todo esto es política– para después destrozarlo una vez celebrado el Consejo Nacional del Agua, con su autoritario dedo decisor. Por cierto, han modificado el texto aprobado en el Consejo Nacional del Agua, lo que da una idea del respeto que siente por esta institución.

–Y como algo tendrán que ofrecerle a sus baronías levantinas a cambio, a través de un 'trile político' pretenden ocultar, ridículamente –tenemos memoria y papeles– una propuesta sobre desalación que durante meses negociamos con ustedes y que también vendieron a bombo y platillo, ofreciéndola en papel oficial a este sindicato como oferta válida a diez años vista y con precios subvencionados e inalterables. ¡Madre de Dios! La prisa que tenían ustedes y después han parado el tema tres meses sin explicación alguna, después de vender en octubre –tiren de hemeroteca– un acuerdo histórico con los regantes sobre desalación. Ahora, como les ha roto el juguete del «acuerdo histórico de salvaguarda del Trasvase» a sus correligionarios levantinos, desempolva usted el temido precio desorbitado de la desalación para que estos parecieran ser los rescatadores de los agricultores, exigiéndole a usted, ¡qué ridículo todo!, que, como ministra, subvencione el agua desalada. Y asistimos atónitos a las exigencias del presidente de la Generalidad de subvención de hasta 40 céntimos para más inri. Diez céntimos más cara del ofrecimiento hecho a este sindicato.

¿Pero acaso lo acordado con nosotros no era cierto? ¿Para qué exigir algo que se supone estaba hecho en octubre? El propio secretario de Estado relataba días pasados a este rotativo que el Ministerio subvencionaría cinco años el agua desalada y dependiendo de los costes de la electricidad. Pero si yo tengo un acuerdo oficial de su Ministerio de julio pasado, en el que aseguraban durante diez años un precio inalterable. ¿Era engaño, es falso lo que ahora cuentan? O más bien y para terminar antes... ¿hay algo de verdad en esta macrochapuza de planificación hidrológica? Sí, que usted, amparada al parecer por el presidente del país, va a dar un hachazo al Trasvase, sin justificación, por mera ideología trasnochada. Eso es lo único cierto, que su hacha hídrica según sus propios técnicos advierten, ¡ojo, sus técnicos!, va a provocar miles de desempleos, daños medioambientales –paradójico tratándose de alguien tan medioambientalista como usted–. Las universidades de Alicante y Alcalá, en un estudio capitaneado por el catedrático Joaquín Melgarejo, cifran en 15.000 los desempleos, y en 27.000 las hectáreas que pasarán a ser secano en el entorno más desertizado de Europa. Estará usted satisfecha. ¿De dónde mana ese visceral odio hacia el sector productivo levantino, que le lleva a echar por tierra de un plumazo el trabajo de su equipo técnico de años y a dejar en el más absoluto de los ridículos a sus correligionarios políticos en Alicante, Almería y Murcia? No han resuelto absolutamente nada en estos años y, lo que es peor, han acabado con la esperanza en que un día este difícil jeroglífico del binomio agua-agricultura tenga solución. Pero es que ha contagiado usted a su homólogo el ministro de Agricultura, que encoge los hombros, silba y mira hacia un lado ante el mayor ataque vía injuria y vía recortes perpetrado contra uno de los regadíos más importantes del país y de Europa. Señor ministro, háblele usted también a su presidente de Gobierno, haga algo por nosotros, hombre, que va implícito en su sueldo defender la agricultura de este país, se halle donde se halle.

Y señora ministra, siga tergiversando estos días, siga, pero sepa usted que el 11 de enero estaremos sí o sí ante las puertas de su Ministerio, con cuantas personas quieran acompañarnos, exigiendo respeto para nuestra agricultura y para el futuro de nuestras regiones. El 11, si usted quiere, nos vemos en Madrid.