Lobby llama a lobby
Cuando el recaudador se convierte en comisionista
Aunque no sepa hablar inglés, cualquier persona ha oído hablar de los 'lobbies' o grupos de presión que pretenden influir en la política, de forma ... tal que las decisiones legales beneficien, o no perjudiquen, a los intereses de las empresas que representan. Todas las actividades económicas cuyo negocio y cuenta de resultados puedan estar afectados por decisiones legislativas desarrollan, de una u otra forma, una actividad de influencia sobre asuntos públicos. De ahí que la palabra 'lobby', popularmente, tenga una connotación negativa porque se la asocia con una actividad ilegal o, al menos, poco ética, con encuentros opacos para lograr objetivos.
Pero una cosa son los 'lobbies' que interactúen con transparencia y otra distinta, los agazapados bajo la protección y/o participación de miembros del Gobierno. Pedro Sánchez y Carles Puigdemont lo hicieron por los votos y el propio interés personal, mientras que el exministro Montoro lo hizo por la pasta. Presuntamente, claro. El caso es que la habitual e insufrible refriega política nos ha alumbrado una poco novedosa modalidad corruptiva: la compraventa de leyes.
Qué vergüenza, don Cristóbal. No era esa la mejor manera de «levantar a España», que fue el argumento con el que intentó convencer a la diputada canaria para que votase en contra de los recortes que propuso el presidente José Luis Rodríguez Zapatero (único y 'sagaz' mortal que por entonces vio 'brotes verdes' en la formidable crisis financiera, provocada por la burbuja inmobiliaria y las hipotecas basura). La diputada, constructiva, dudaba del sentido de su voto... –«Es que se hunde España»–. «Que se hunda, ya la levantaremos nosotros», fue la contundente respuesta del exministro de Hacienda, ahora imputado. Levantar, lo que se dice levantar, fue la cuenta de resultados de Equipo Económico.
Las últimas noticias del caso indican que el bufete de Montoro pide al juzgado de Tarragona que se anulen los correos electrónicos que originaron esta investigación porque «de lo contrario, cualquier ciudadano podría verse sometido a una investigación basada en la mera apariencia».
Hombre, «cualquier ciudadano» no escribe correos que digan que «la vía más directa» para lograr una reforma legislativa que le beneficie, «como siempre», era «pagar» a cierto «equipo económico que tiene contacto directo» con el ministro. Empieza, pues, otro proceso complejo, otro tirar de la cuerda, otros hipotéticos 'lobbies', esta vez alrededor de los jueces y su interpretación de las leyes garantistas españolas.
Que interpreten bien.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión