Legalidad
El Tribunal Constitucional está al filo de considerar si la ley de amnistía es legal, pero no todo lo legal es moral o ético
Las últimas noticias sobre corrupción política nos llevan a una exmilitante socialista de base y a un empresario en libertad provisional, al que dejaron salir ... de la cárcel para que aportara pruebas sobre el 'caso Koldo'. La exmilitante (que asegura ser periodista, pero no se le conoce ninguna línea escrita por ella en algún medio) protagonizó una rueda de prensa que acabó como el rosario de la aurora. Espectáculo tipo 'Sálvame' o el 'Tómbola' de la TV valenciana que fue el primero en programar y emitir tertulias de formato cotilleo. Empujones, insultos, griterío, pero ninguna nueva sobre el enésimo caso de corrupción (presunta) con que nos desayunamos a diario.
El Índice de Percepción de la Corrupción es una herramienta que utiliza Transparencia Internacional para evaluar la calidad de la gobernanza y la ética en la administración pública a nivel global. El caso de España, cuyas calificaciones en este índice han bajado, los esfuerzos (si es que los hay) por implementar reformas estructurales no prosperan. Y no prosperan, creo, porque la esencia de la corrupción radica en la falta de liderazgo moral de quienes ocupan posiciones de poder.
La discusión que dentro de pocos días tendrán los miembros del Tribunal Constitucional (TC), para decidir si avalan la ley de amnistía que presentó el Gobierno y que beneficia a los secesionistas catalanes, a buen seguro que generará viejos debates, ya que la ponencia de la magistrada del TC indica que dicha ley es legal.
Pero no todo lo legal es moral, ni ético. Un servidor, modestísimo, considera que una ley exigida por los futuros beneficiados podrá ser declarada legal, pero seguirá siendo inmoral. Ejemplo: la esclavitud fue legal durante un par de siglos, sin embargo, se trata de una actividad horrorosa que convierte en mercancía transaccional a seres humanos, obligados y apaleados.
La profunda conexión entre moralidad y legalidad es fundamental. Si cada decisión se basara en la ética personal además de en la legalidad, se podría comenzar a erradicar la corrupción y mejorar la percepción de la misma entre los ciudadanos.
La tarea es un reto ético que todos, desde el más alto mandatario hasta el ciudadano común, deben abordar para hacer posible una sociedad en la que la integridad, la transparencia y la confianza sean la norma y no la excepción.
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