Susto y muerte
LA ISLA ·
Ay, utopía, incorregible, que no tiene bastante con lo posible...El año acabó movido, abaratada la tranquilidad propia de la madrugada por un timbrazo inesperado a las tres de la mañana. De repente, llaman al ... timbre. Me levanto. Me acerco a la puerta tarantuleando y con los ojos pegados de sueño. No estoy asustado, pero tampoco tranquilo del todo. ¿Sí?, les digo. Policía, me dicen al otro lado. No me tranquiliza. Un segundo, les respondo. Vuelvo a mi habitación, ya desvelado, me pongo encima algo de ropa y las gafas, porque sin ellas no veo ni torta, y regreso a la puerta. Miro de forma tentativa, por aquello de no fiarme del todo, y sí, al otro lado del cañón de la mirilla hay gente armada y con uniforme policial. Abro mientras sujeto al perro, que ladra. Mire, me dice uno, alguien ha oído una discusión muy fuerte, con gritos, en esta parte, y nos han dicho que podría ser aquí. Me quedo de piedra, porque ni ha sido aquí ni yo he oído nada al lado. Pues no sé, la verdad, les digo dificultosamente por la situación extraña. Me preguntan si he oído algo. Les digo que no, me dicen que quizá ha sido en otro sitio y al poco se despiden y se van por donde mismo han venido.
Ha sido el susto del final de año, que nos ha traído la muerte de Serrat. Sí, ya sé que no ha muerto, pero de alguna forma cuando un cantante como él se baja del escenario siempre muere un poco. Y es que uno no se imagina a Serrat en casa, con la bata y las pantuflas, sino bajo los focos. Es la diferencia: a unos los puedes ver tras una cortina, a otros solo tras un telón.
De vez en cuando la vida se nos brinda en cueros / y nos regala un sueño tan escurridizo / que hay que andarlo de puntillas / por no romper el hechizo.
Eso dice él, olé digo yo. Ya lo dice un personaje de Sorrentino, y entiendo que Sorrentino por mera proximidad creativa: las emociones son todo lo que tenemos.
Pues eso, como emocionante ha sido la muerte de Pelé. Para los de nuestra generación, el Messi que nunca vimos. Si Messi es Maradona todos los días, que decía Valdano, Pelé es Maradona todos los días, por lo que dicen las crónicas, solo que unos años antes. Enseg uida han aparecido las comparaciones, pero cada uno es hijo de sus circunstancias y su época. Qué sentido tiene comparar. Ninguno, lo único que puedes lamentar es que no coincidieran para ver de verdad quién era el mejor, pero ya lo dice el propio Serrat:
Ay, utopía, incorregible, que no tiene bastante con lo posible...
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