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Apuntes desde la Bastilla

Mentir en el currículum

Solo puedo sentir rabia por la decrepitud de nuestra vida política, por la normalidad con la que asumimos la mentira para escalar en la vida pública

Domingo, 27 de julio 2025, 10:42

No le voy a aplaudir a Noelia Núñez el gesto de dimitir. Han sido al menos diez años de mentiras, y eso, en un cargo ... público, resulta intolerable. Noelia Núñez no ha dimitido por honradez. Ni tan siquiera por vergüenza. Lo ha hecho porque la han obligado sus mayores, porque los tiempos electorales exigen aparentar una pulcritud que está ausente desde décadas en nuestra política. Sin embargo, el gesto de Noelia Núñez adquiere relevancia por inusual. En España, una mujer ha llegado a dirigir una cátedra en la Universidad pública más prestigiosa del país sin tan siquiera tener un título universitario. Su mérito es afectivo. Duerme en la misma cama que el presidente del Gobierno. Esa es la altura del precipicio moral en el que hemos caído. Por eso sorprende que una diputada haga las maletas y vuelva a las clases, pudiendo agachar la cabeza, inventar una conspiración o simplemente sonreír con el rostro de cemento porque sabe que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey.

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