Ni un paso atrás
Ver aquello, que parecía un congreso de Nuevas Generaciones en medio del Orgullo, resultó más raro que una gallina con dientes
Los ciudadanos que viven, digamos, una vida convencional, tienden a creer que nuestros derechos civiles están asegurados, y nada más lejos de la realidad. Si usted, que lee este artículo, pertenece al colectivo LGTBI, o es víctima de algún delito, o vecino del Llano del Beal y sus hijos conviven con los metales pesados, o vive en las zonas ribereñas del Mar Menor o habita los barrios del Sur y se vio afectado por el conflicto del soterramiento, sabe que los derechos civiles, las conquistas sociales que tanto y tanto esfuerzo costaron, hay que defenderlas todos los días, todos. Porque es así y así ha sido desde que el mundo es mundo y las fuerzas de la reacción, aquellos a los que les molesta que dos tíos se besen o que un vecino se queje de que el tren le aísla su casa perjudicando los turbios negocios de los poderosos, siempre reaparecen para intentar recortar derechos a los ciudadanos.
'Pride'. Es una excelente canción de los U2 dedicada al más grande luchador por los derechos civiles de la historia, el reverendo Martin Luther King. Como saben ustedes, significa 'orgullo' y el otro día disfrutamos de una jornada fantástica en el desfile del Orgullo Gay en nuestra pequeña, maravillosa y anclada en el siglo XIX ciudad de Murcia. El lema de este año fue: 'Ni un paso atrás'. Los amigos del colectivo No Te Prives andan preocupados por lo que nos viene. ¿Y qué nos viene? Pues un futuro 'trifachito' en el que el voto de calidad, el poder de decisión, caerá en manos de los escaños de la extrema derecha. Y no hace falta que les diga que estos tienen una obsesión especial con el mundo gay. ¿Son homófobos? Sí, pero antes que eso son liberticidas. No solo odian a los gais, odian a las feministas, a los que no cazan o a los que son de centro izquierda. Todo lo que huele a libertad les cabrea. Porque son eso, unos 'cabreaos'.
Todos juntos. Seguro que han leído ustedes el famoso poema del pastor protestante Martin Niemöller, aquel de: «Primero vinieron a por los comunistas, pero guardé silencio porque yo no era comunista...». Este poema nos demuestra que los ciudadanos debemos permanecer unidos, apoyarnos, auxiliar a los colectivos que sufren, no solo porque es lo correcto sino porque los liberticidas tarde o temprano terminan yendo a por ti: deportando a tu novio por inmigrante, cerrando la escuela de tu hijo, prohibiendo libros que no les gustan o malmetiéndose en el contenido de los exámenes de selectividad. Y ante eso hemos de permanecer unidos. El 22 de junio fue un día hermoso en que vi la bandera arcoíris en la Delegación de Gobierno y en el Rectorado. ¡Qué diferente todo a hace dos años! ¿Recuerdan? Yo mismo escribí un artículo sobre un delegado del Gobierno que envió a la policía a pedir la documentación a los gais mientras que autorizaba, irresponsablemente, una contramanifestación de la extrema derecha cuyos participantes llegaron a agredir a los pacíficos participantes del desfile del Orgullo. Eso, en el siglo XXI. ¿Es esta la Murcia que queremos? ¿Una Vetusta más rancia que la de Clarín?
¿Entrarán en razón? Yo creo que no, pero ojalá lo hicieran. Porque por allí aparecieron los de Cs. A la gente no les agradó su presencia. ¿Por qué? Porque se sienten engañados. Jesús Costa, el presidente de No Te Prives, tuvo una reunión con Isabel Franco de la que el colectivo LGTBI de Murcia salió con una buenísima impresión. Todo parabienes, promesas y modernidad, así es ella, 'moerna'. Pero de puertas para afuera. Había unas elecciones por delante. Pero ahora van a pactar con la extrema derecha que amenaza los derechos de los gais, luego, ¿se entiende la presencia de Cs en el Orgullo? ¿«Apoyando»? ¿Apoyando qué? Con no pactar con la ultraderecha sí que apoyarían. Y allí que aparecieron pese a que la peña los miraba mal, en una manifestación festiva, en Murcia y en junio, vestidos como una panda de pijeras salidos de la celebración de una boda en el Rincón de Pepe. Ver aquello, que parecía un congreso de Nuevas Generaciones en medio del Orgullo, resultó más raro que una gallina con dientes. Ellos no han entendido que cuando intentas quedar bien con todo el mundo, cuando solo eres imagen, acabas malamente. Sigo haciéndoles llamadas a la cordura, pidiéndoles que defiendan a los murcianos, que nos rescaten de 24 años de corrupción, que defiendan los derechos civiles de los gais, pero como se debe hacer, no poniéndote detrás de una pancarta con la camisita blanca de Hilfiger, no, sino NO pactando con los ultras. Qué fácil lo tenéis, amigos, qué fácil.