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Algo que decir

Demasiadas mochilas

Poco a poco vamos regresando a la infancia en un viaje a la inversa que hacemos paralelo al verdadero viaje de la existencia

Miércoles, 31 de enero 2024, 00:35

Hubo un tiempo en que la letra entraba con sangre, ¿recuerdan? Seguro que sí porque más de uno tiene todavía los hematomas, si no en ... la piel, al menos en la memoria. Por fortuna esos días se han ido para no volver, pero desde hace no mucho todos estamos echando de menos cierto rigor en las relaciones sociales, cierta autoridad, que ya han perdido los mayores, los ancianos de la tribu, los maestros y los médicos. Nadie está dispuesto ahora a reivindicar de nuevo aquella vieja letra ensangrentada, pero a veces pensamos que algunas cosas se nos están yendo de las manos. La figura del policía del patio del recreo, que no hace mucho hubiese sido impensable, vuelve y amenaza con quedarse. Aún recuerdo aquella estupenda directora que nos pedía no llamar a los padres si sorprendíamos a algún alumno con droga en los recreos, porque se habían dado casos en los que el propio progenitor terminaba denunciando al maestro y al centro, así que era mejor avisarle a ella para que gestionara la crisis de un modo particular. Nos hacemos mayores, perdemos fuerza y la vida nos pasa por delante, y contra la violencia y la mala educación empezamos a no saber lo que debe hacerse.

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