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No es hospital para viejos

Lo que debería ser un paréntesis terapéutico acaba convirtiéndose, en no pocos casos, en umbral que conduce hacia la fragilidad

Lunes, 22 de septiembre 2025, 01:15

El progresivo envejecimiento de la población ha convertido a los adultos mayores, viejos, ancianos o lo que se tercie en una parte muy significativa de ... los enfermos hospitalizados, en una proporción que seguirá creciendo en un futuro que ya es presente. Sin embargo, los hospitales, concebidos principalmente para diagnosticar y tratar enfermedades con eficacia, no siempre están preparados para atender las necesidades propias de la vejez, que trascienden lo clínico. Es una paradoja inquietante porque las instituciones que más habitan los ancianos, en ocasiones, no tienen en cuenta su fragilidad cotidiana. Para un anciano, cada ingreso puede significar mucho más que una intervención médica, un desafío vital que, a menudo marca un antes y un después en su vida. No se trata sólo de enfrentarse a la dolencia que motivó la hospitalización, sino también a las consecuencias derivadas de la estancia, como la pérdida de autonomía, confusión, trastornos del sueño, alteraciones en la memoria, debilitamiento físico, riesgo de dependencia, o incluso riesgo de acabar institucionalizado. Lo que debería ser un paréntesis terapéutico acaba convirtiéndose, en no pocos casos, en umbral que conduce hacia la fragilidad.

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