Ta-ta-ta-taa: la 'Sinfonía del destino'
Rarezas de una de las obras más icónicas de Beethoven
Una de las entradas más conflictivas para los directores de orquesta, por su dificultad técnica, porque las tres primeras notas son tres corcheas, es la ... llamada 'Sinfonía del destino' (la Sinfonía n.º 5 en do menor, Op. 67) de Beethoven (1770-1827). Aunque, en realidad, el comienzo es el silencio, según puntualiza Virginia Martínez, directora honorífica de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia (OSRM), porque es en ese silencio donde los directores respiran, menos de un segundo en el que todos los miembros de la orquesta aguardan el momento exacto de entrar. Cómo será de compleja su interpretación que es una de las obras preferidas en concursos y también se estudia en la parte final de la carrera de dirección de orquesta. Esos cuatro golpes (corto-corto-corto-largo, ta-ta-ta-taa) son «la llamada del destino», recordó la molinense este jueves en el Auditorio regional durante el justo homenaje al crítico y promotor musical Octavio de Juan (1938-2022), antes de volver a dirigir a la Sinfónica, como tantas y tantas veces. Una especie de llamada a la puerta del mismo Beethoven que recorre casi por entero esta 'Quinta Sinfonía'.
Con esas únicas cuatro notas el compositor alemán desarrolla la práctica totalidad de los movimientos, explicó Martínez. Luego introducirá temas más líricos, «que parecen emanar de esa sensación del destino que recorre toda la sinfonía, y que parece casi un martirio, un tormento, para Beethoven, pues su sordera ya estaba avanzada y estrenó esta sinfonía junto a otras obras cuando ya prácticamente no escuchaba nada», anotó la catedrática de Dirección de Orquesta del Conservatorio Superior de Música de Murcia 'Manuel Massotti Littel', donde se graduó en 1999 en las especialidades de Piano y Armonía y Contrapunto. Esas cuatro notas también estarán presentes en el tercer y cuarto movimiento, «pues el segundo movimiento es un andante con moto, y como tal la música debe caminar hacia adelante», con los chelos y las violas, a veces con los contrabajos, que hacen el desarrollo de este tema y las dos variaciones que le siguen.
El tercer movimiento arranca «con chelos y contrabajos que surgen de un silencio y una oscuridad nunca antes vista, para desembocar en el cuarto movimiento en la luminosidad y el aspecto heroico que caracterizan a Beethoven». Hay un largo pasaje en el que el timbal no deja de tocar esas cuatro notas, con la orquesta pianísimo, y será en ese momento en que el compositor transforma ese do menor en el do mayor. ¡Cómo hubiera disfrutado Octavio de Juan! Con Jaime Belda en la primera parte de este arranque de temporada de la Sinfónica y con la flauta piccolo, el contrafagot y los trombones de esta histórica –y complejísima– 'Quinta Sinfonía' del de Bonn.
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