¡Que viene Villarejo!
LA ZARABANDA ·
Lo más complicado de todo es decidir dónde lo pones¡Nena, añade un plato a la mesa! Acabo de saber que la Audiencia Nacional pudiera darle puerta a Villarejo. Es algo que tenía que ... ocurrir antes o después. Aunque yo esperaba que fuese una vez ido de este destartalado mundo. Llegas, te ponen la vacuna de los mayores de ochenta, coges y te mueres. Pero no por el puto virus, sino de muerte digna.
Lo malo sería que siguieras en el mundo viendo venir a un Villarejo suelto. Si entre rejas no para de mandar en los informativos, ¿qué será cuando lo echen a la calle? Aunque sería estupendo esfisarlo sin la carpeta.
–¿La carpeta? ¿Qué carpeta?
¡Coño! Cuál ha de ser. Esa que le sirve de rebozo, no vaya a ser que diga algo y se lo graben, pues cree el ladrón que todos son de su condición. El principal problema con Villarejo no es Villarejo, sino dónde lo pones. Porque, mientras está en la cárcel, lo mantienes a recaudo y entretenido con sus tejemanejes. Pero, una vez volandero, qué haces con él. ¿Lo colocas en la mesita de noche? ¿Presidiendo el CNI, antes CESID? ¿Lo hacemos Gran Pez? ¿Lo mandamos a Cartagena, para que meta bulla en la Asamblea? Es que a este personaje tan singular lo coges sin los guantes y te quema.
Encima del televisor estaría bien. Con la gorra calada y tapándose la boca con las documentaciones más comprometedoras. Sobre el televisor, seguro que le pasarían por la entrepierna los telediarios de todas las cadenas, dándoles carácter. Sobre todo al de Moncloa. También cuidaría de la casa. Si entra un ladrón y lo ve, sale echando leches de allí. Porque Villarejo es mucho Villarejo. Si te lo traes a vivir con tu familia, pongamos que se te casa un hijo o una hija. Y consigues que aparezca el payo en la boda con la Corina del bracete. ¿Cómo se te queda el móvil, después de tantos selfis? ¡Joder, la Corina y Villarejo en el convite, bailando entrambos la Marcha Real Granadera! ¡Menudo éxito!
Una España sin normalidad democrática solo volvería a lo suyo colocándole a cada español un Villarejo al lado. Aunque no faltaría el malasombra de turno diciendo: '¡Anda y que lo follen!'.
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