Tomemos las uvas con Vélez

Me explico. Tras anunciar que, cuando llegue septiembre, el puto AVE entrará en situación de pruebas (y funcionará ya en serio para finales de año), nos invita a los murcianos todos a ir a la Puerta del Sol a tomar por la mañana vitamina D y por la noche las doce uvas, no más. Me parece (y se lo transmito como lo siento al amigo Vélez) un 'beau geste'. Una manera de engrasar con un botellón autorizado las relaciones entre el personal de a pie y los políticos.

Él solo sabrá cómo se las maravillará para meternos a tantísimos excursionistas en un solo convoy. O forma un tren tan largo que llegue hasta la mismísima Atocha (en cuyo caso bastará ir caminado, con el racimo colgándonos, de vagón en vagón) o les da salida desde Murcia del Carmen a varios cientos de AVEs circulando durante toda la jornada. Con que el último arribe a las once y media p.m., habrá tiempo de sobra para plantarse tan a gustísimo en la Puerta del Sol.

Rogaría a nuestro buen Poncio que, tomadas las uvas, mande prender a la Igartiburu (para que deje de darnos el cante) y hacer que la trasladen (sola o con la Obregón, si es que estuviese con ella) a los juzgados de la Castellana, por provocar trastornos mentales, de más gravedad aún que la pandemia Covid, con su discurso frívolo-estulto-acaramelado de cada cabo de año.

El viaje murcianístico a Madrid mataría así dos pájaros de un tiro: el show de las starlettes y el retorno a Murcia de los expedicionarios, encajando por cojones el recién estrenado AVE en la ruta tradicional por Albacete-Hellín-Cieza.