La Muerte Climática corre que vuela

La ONU acaba de hacer sonar la campana...

–¡Bah, la ONU! ¡Para lo que sirve!

Es verdad que sirve para poco. Mira lo de Ucrania, por no ir más lejos. Pero menos resuelve meter la cabeza debajo del ala y justificar a estas alturas el uso del carbón, poniendo al planeta patas arriba.

Borrascas y temporales vienen provocando gravísimas inundaciones. El calentamiento del mar sigue su avance más o menos silencioso. En muchos lugares, el verano es cada vez menos soportable, por el excesivo calor. Resulta comprensible que la pandemia nos haya ocupado en toda hora y circunstancia. Por eso habrá que ganar ya mismo el tiempo perdido. Esto no es una broma. Aunque también en lo del clima hay negacionistas que practican una terquedad suicida, insistiendo en el 'aquí no pasa nada'. Las evidencias en contrario se suceden una tras otra, pero también a mogollón. Por ejemplo, las vacunas. ¡Pues no que siguen diciendo que son un camelo!

¿Cómo es que no pensamos en los que vienen detrás? Esos niños desconcertados por la pandemia y por la guerra. Malos tiempos corren para ellos. Los mismos que no afectaron a los ahora adultos en sus primeros años de vida. Muchos son llevados al psicólogo o al psiquiatra, para que su desconcierto no les cause mayor daño. ¿Vamos a ser insensibles a esas criaturas, quienes ya hemos consumido una parte notable de la vida? Son nuestros hijos y nietos, joder.

Cada día que consumimos sin hacer nada positivo es un paso más que avanza la Muerte Climática. Que no viene con la clásica guadaña de las ilustraciones, sino con vocación de acabar con la entera Humanidad. Estamos ciegos, sordos y tal vez también tontos. No de otro modo se explica tanta cerrazón.