Fomentando un bonito vicio

Todo esto fue antes. Ahora ya no, salvo lo que comentaba de que te transporten, de a por 'na', en el coche de un conocimiento. No poder hacerlo desde la Venta del Cojo, a bordo de un 'parato', preocupa a San Esteban. Sobre todo cuando el santo se ha tranquilizado (o eso parece), tras el puntapié a Teodoro y la llegada de un Núñez Feijóo al parecer misericordioso. Quiero decir que no va a resultar dañado por la inoportunidad de aquella interesada amistad que mantuvo (y proclamó) con el ciezano caído en desgracia.

¿Qué pretende el Gobierno regional? Sencillamente, que los murcianos podamos practicar el viejo y agradable vicio de ir a Madrid cómodamente, a bordo de un avión. Acercarse a la Corte de cuando en cuando viene a ser disposición de muchos provincianos como yo mismo. Mas, comoquiera que ello no cae por su propio peso, San Esteban está intentando que el vuelo sea subvencionado. Y pudiera ser que alguna compañía se animase a dar el sí.

Hablamos de un viajecico (de ida y vuelta, claro), diario, económico y cómodo, como eran antes los grandes expresos europeos, que nos llevaban hasta Atocha durmiendo durante el recorrido, aunque fuera haciendo cha-ca-chá durante toda la noche.

–¡Al compás del cha-ca-chá, / del cha-ca-chá del tren, / qué gusto da viajar / cuando se va en el tren!

Pare usted, jefe, que no queremos poesía ripiosa, siendo lo que nos importa asunto de prosa. Tenemos necesidad los murcianos de ir al castizo Madrid, aunque sea de uvas a peras. Para una corrida en Las Ventas, pasear el Retiro, acercarse al Prado (entiéndase el Museo), comerse un cocido y tomar un cóctel en el Chicote antaño postinero. Subiditos en un avión, 'je'.