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'¡Te han dejao solo, Simón!'

LA ZARABANDA ·

Se conoce que la ministra de Sanidad no apetece carguico en el Govern

Lunes, 15 de febrero 2021, 09:16

Triste y solo, igualico que Fonseca, se ha quedado el susurrante Simón ante las cámaras. Se largó Illa, que tampoco era un tenor, dejándolo como dicen que dejaron a los de Tudela.

–¡Sooolos!

Correcto. Ahora mismo apenas tiene ministro que le ladre. La señora que le asignaron para cubrir el hueco reaparece de cuando en cuando, pero no con la cansina frecuencia de Illa, que parecían merguizos. Sospecho que, más que abandonado, Simón se siente más a gusto que antes. Al fin y al cabo, ahora mismo tiene todo el pernil para él. A la señora Darias no sé si es que no le gusta el jamón o que no le apetece que la manden a provincias, como le han hecho a Illa.

Manejar en solitario todo el parloteo oficial referente al coronavirus, pues que te pone, quieras que no. Es verdad que te toca cargar con todas las críticas cada vez que te equivocas, pero ¿y si triunfas? Le transmitiré a quien leyere una aventuranza. Si en la tarea de comentar a diario (y a todos los vientos) el fandango que es la pandemia...

–Desde luego que es un buen fandango.

Si no me interrumpe el lector, sigo. Añado que, siempre que Simón sea capaz de resistirse a la tentación de vacunarse fuera de protocolo, y no suelte demasiados disparates, bien pudiera ser que acabase en triunfador. De momento, ahora que se mueve sin acompañamiento...

–Es que se le fueron todos, joder. El militar, el guardia civil y el ministro. Lo han dejado solo frente al abismo.

Mira si al final ha conseguido el lector meter la cuchara. Pero reconozco que, como siempre, no le falta la razón. Prueba de que Simón se siente ahora como pez en el agua, la tenemos en una frase que soltó hace unos días. Sacó una cartulina con un mapa de España más rojo que los populares...

–¡Jesús María! ¿Ha dicho los populares?

¡No, coño! Los populistas. El rojo al que me refiero significaba que la situación vírica era mala. Y dijo Simón: '¡Rojo, rojo! Ni siquiera rojo clarito'. ¿Cuándo se le había visto tanta desenvoltura y atrevimiento a nuestro hombre? Nunca jamás hasta la fecha.

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