Preocupación por las elecciones
Necesitamos al frente de la Comisión políticos de verdad. Las elecciones al Parlamento Europeo serán decisivas en muchos aspectos
En un periodo de pocas semanas, se van a celebrar en España tres elecciones: las vascas, las catalanas y las europeas. A este respecto, las ... preocupaciones de los dirigentes de los grandes partidos nacionales discurren en un doble plano: por un lado, por las consecuencias directas de cada proceso electoral en sus respectivos ámbitos; y, por otro, por lo que cada uno de esos resultados pueda significar para la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez.
1.- En el País Vasco, las encuestas anuncian un empate técnico entre EH-Bildu y el PNV. Es la primera vez en la historia de la democracia que los herederos de ETA tienen posibilidades reales de ganar las elecciones autonómicas. El PNV se ha echado a temblar. ¿Cómo es posible que esto ocurra? La burguesía vasca es más bien de derechas, conservadora, moderada. Siempre ha votado al PNV masivamente. Y lo seguirá haciendo en el futuro, porque está muy cómoda con el sistema tributario y el régimen de cupo. Además, durante todos estos años el PNV ha logrado consolidar un mensaje identitario, en muchos aspectos aldeano, pero que halaga la autoestima de una sociedad provinciana frente al centralismo. Y, con todo esto, ¿cómo puede ocurrir que EH-Bildu esté a punto de superar en votos a todo un PNV? Los analistas políticos empiezan a decir que a los sucesores de Javier Arzallus, en su exceso de pragmatismo, quizás les haya faltado la mística necesaria para atraer a los votantes más jóvenes, que se han dejado deslumbrar por las utopías radicales.
Sea como fuere, este resultado electoral, gane quien gane, no preocupa mucho en La Moncloa. El Gobierno de Sánchez saldrá indemne. Porque no tiene mucho que decidir. Aunque ganase EH-Bildu, los diputados autonómicos del PSOE votarían la investidura del candidato del PNV. Incluso es posible un gobierno de coalición PNV-PSOE. En La Moncloa, y en Ferraz, son conscientes de que la sociedad española no les permitiría un pacto de legislatura, ni mucho menos de gobierno, con EH-Bildu. Pactar algunas alcaldías, sí; pero el Gobierno regional del País vasco, no. Además, no hay riesgo de que Pedro Sánchez pierda el apoyo de EH-Bildu en el Congreso de los Diputados. Los propios diputados de EH-Bildu ya lo han sugerido: no tienen prisa. Y, en fin, por otra parte, es posible que el PP mejore sus escuálidos resultados electorales anteriores. Pero, en cualquier caso, tampoco será para tirar cohetes. Sobre los resultados de las urnas vascas, Feijóo no podrá montar una campaña de «márchese, señor Sánchez».
2.- En Cataluña, es muy posible que gane el PSC. Pero Salvador Illa no lo tendrá fácil para alcanzar la investidura. Sin embargo, a estas alturas, los socialistas catalanes, y los del resto de España, ya saben que hay dos cosas que no pueden hacer: primera, fiarse de esa extrema izquierda que se integra en Sumar, y que, inexplicablemente, venera a Ada Colau. Ha sido esta extrema izquierda la que, al negarse a apoyar los presupuestos de Aragonès, ha precipitado la disolución del Parlament. Y lo segundo que no pueden hacer los socialistas catalanes es pactar con Junts y Puigdemont. Eso sería tanto como resucitar el 'procès'. Así que a los socialistas no les va a quedar más remedio que pactar con ERC. Habrá pacto de legislatura; o habrá pacto de gobierno, como ha ocurrido en el Ayuntamiento de Barcelona. Y será presidente Pere Aragonès o Salvador Illa.
Claro que de esta negociación no saldrá indemne el PSOE. Puigdemont se puede revolver, y retirarle el apoyo a Sánchez de sus siete diputados en el Congreso. Esto sería un duro golpe para el PSOE. Porque todos nos preguntaríamos entonces: ¿para qué ha servido la amnistía? Aunque, por otra parte, es difícil imaginar a Junts votando a favor de Feijóo en una virtual moción de censura.
3.- Y, por fin, en junio tendremos las europeas. Son muy importantes. Tenemos una guerra a las puertas de la UE. Y el riesgo real de que Putin invada un país miembro de la OTAN. Necesitamos al frente de la Comisión políticos de verdad, y no funcionarios con más o menos buena voluntad. Las elecciones al Parlamento Europeo serán decisivas en muchos aspectos. Sin embargo, tradicionalmente estas elecciones no han preocupado demasiado a los españoles. Los índices de participación son muy bajos. Y, como no nos jugamos el Gobierno de la nación, ni hay que tener miedo a que vengan unos u otros, las urnas europeas se suelen utilizar para propinarle un voto de castigo al Gobierno de turno. En junio muchos españoles utilizarán su papeleta de las europeas para decirle a Pedro Sánchez que no están de acuerdo con su pacto de gobierno con los comunistas, ni con su pacto con los separatistas, ni con los indultos, ni con la amnistía... Supongo que el PSOE estará ya preparado para la debacle que va a sufrir en las urnas de junio. Y para asumir que, al día siguiente de las votaciones, Feijóo va a pedirle a Sánchez que se marche, que dimita, porque habrá perdido moralmente toda legitimidad.
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