Margen de maniobra
Así me parece ·
¿Y si Junts, tras la amnistía, y después de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalidad, no retirase su apoyo en las Cortes al Gobierno?Según la mayoría de las encuestas, en España las elecciones europeas las va a ganar el PP. Si así fuera, ¿qué ocurrirá al día siguiente? ... Dependerá de la diferencia de votos con el PSOE. Si fuese amplia, Feijóo nos dirá que el Gobierno de la nación carece de legitimación política, que Sánchez ha sido descalificado por las urnas, y que el presidente del Gobierno debe convocar inmediatamente elecciones generales. En este supuesto, en buena lógica política, parece que Sánchez no tendría mucho margen de maniobra, y que no le quedaría más remedio que atender a la petición del PP, disolviendo las Cortes, y convocando las elecciones generales para julio.
Por otra parte, varios observadores políticos destacan que hay indicios claros de que este Gobierno es insostenible, y de que la legislatura no puede durar muchas semanas más. No son normales, en efecto, las abiertas discrepancias con el Gobierno de su vicepresidenta segunda y líder de Sumar. Este partido de extrema izquierda se sienta en el Consejo de Ministros. Yolanda Díaz es vicepresidenta y ministra de Trabajo. Otros dirigentes de Sumar ocupan otros ministerios. Sin embargo, continuamente están aireando en los medios de comunicación sus profundas discrepancias con la mayoría socialista del Gobierno. Un día, cuestionan la decisión de Pedro Sánchez de ayudar a Ucrania en la guerra contra Rusia. Otro día, les parece insuficiente el reconocimiento del Estado palestino por parte de España. Otro, se permiten el lujo de votar en contra de la iniciativa parlamentaria socialista sobre el proxenetismo. Y otro, no apoyan el proyecto sobre la Ley del Suelo, a pesar de la imperiosa necesidad de favorecer la construcción de viviendas. Desde luego, se comprende la congoja existencial que está viviendo Yolanda Díaz. Su proyecto político ha fracasado. Soporta la hostilidad descarnada de los restos de Podemos. Y necesita afirmar su identidad frente al PSOE, aunque sea incurriendo en una repugnante deslealtad con el Gobierno del que forma parte. Todo esto se puede comprender. Pero la señora Díaz también entenderá el grave daño a la imagen del Gobierno que están causando las reiteradas deslealtades de su partido.
Por lo demás, el PSOE parece que se está cargando de razón para justificar la convocatoria anticipada de elecciones generales. Está transmitiendo a la sociedad el mensaje de que el Gobierno es víctima, no sólo de los bulos y calumnias de algunos medios, no sólo de los radicalismos despiadados del PP y de Vox, sino también de la deslealtad de sus socios de Gobierno. Y, más aún, todavía esperan la traición de Junts, cuando se convenzan de que Pedro Sánchez no apoyará a Puigdemont, dejando tirado a Salvador Illa en la investidura de presidente de la Generalidad catalana.
Todo esto, en buena lógica política, permitiría suponer que las urnas del 9 de junio van a dejar a Pedro Sánchez sin margen de maniobra, y que, por tanto, el PP haría bien en ir preparando la estrategia para gobernar en España a partir de julio.
Sin embargo, y dicho sea sin ánimo de aguar la fiesta, bien podría ocurrir que todo esto no sucediera, que no haya elecciones generales y que la legislatura dure tres años más. En reiteradas ocasiones, Pedro Sánchez ha demostrado que su comportamiento no responde a ninguna lógica política, o que parte de otras premisas que no son las habituales, y las utiliza para sorprender y desconcertar al adversario político. A este respecto, el estado mayor del PP debería estar planteándose algunas interrogantes:
1. ¿Y si las discrepancias con sus socios de Gobierno estuviesen consensuadas? Yolanda Díaz y Pedro Sánchez habrían llegado al acuerdo de permitir que Sumar airee públicamente sus discrepancias con el PSOE, pero sólo hasta el 9 de junio. De este modo, Sumar podría no desaparecer, y neutralizar la hostilidad del Podemos. Pero, después del 9 de junio, se acabarían esas discrepancias. Cada uno a su ministerio, y todos al Consejo de Ministros. Pelillos a la mar, y aquí no ha pasado nada. Yolanda Díaz volvería a estar de acuerdo con la lucha contra el proxenetismo, con una nueva Ley del Suelo, con el reconocimiento del Estado palestino, y hasta con esa ayuda militar a Ucrania.
2. ¿Y si Junts, tras la amnistía, y después de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalidad, no retirase su apoyo en las Cortes al Gobierno de la nación? Los de Junts son un poco iluminados y bastante delirantes, pero no tienen un pelo de tontos. Saben que, si retiran su apoyo a Pedro Sánchez, habrá elecciones generales. Y con un Gobierno del PP, con o sin Vox, el futuro político de Junts es bastante incierto.
Así que podría ocurrir que, en contra de toda lógica, y cualquiera que sea el resultado de las elecciones europeas, Pedro Sánchez sí que tenga suficiente margen de maniobra para apuntalar la legislatura durante tres años más. Y no digamos nada si el Juzgado de Instrucción de Madrid decidiera en algún momento sobreseer las diligencias abiertas contra doña Begoña Gómez. Entonces, habría Pedro Sánchez para rato.
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