Borrar
Nada es lo que parece

La guinda del pastel de mierda

Hace unos días, en mi vuelo de regreso de Cracovia, en el aterrizaje, apenas dos o tres personas aplaudieron la hábil maniobra del piloto de turno

Viernes, 12 de septiembre 2025, 00:08

Recuerdo que, a principios de los años ochenta, cuando yo viajaba mucho más, atravesando, dos o tres veces al año, el Atlántico para asistir a ... congresos en los Estados Unidos y Canadá, los aeropuertos, tanto los españoles como aquellos otros situados al otro lado del 'charco', eran poco menos que una especie de 'pasarela' por donde desfilaban personas vestidas con absoluta elegancia, con traje, corbata y chaqueta muchas de ellas, o ataviados con algo más ligero, en plan 'sport', con unos zapatos cómodos, para soportar la travesía. Rara vez me tropecé con gente en chándal, aunque fueran limpios y de buena marca, como los que se compran algunos políticos cuando ingresan en prisión para expiar sus muchos pecados.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad La guinda del pastel de mierda