Dora, la exploradora
Jodidos, pero acostumbrados, los murcianos vemos cómo el Gobierno central nos vuelve a dejar fuera, esta vez del plan de ayudas a los aeropuertos
Discrimina. El ministro tuitero, el de la boca de rayo, el incorregible lengüilargo que lo mismo le arrea a los jueces que reprende a los ... periodistas no domesticados por el sanchismo más voraz. Óscar Puente, el picotero parlanchín, el charlatán picante, el lengüeta maledicente, se ha inventado un programa de inversiones en aeropuertos que supone, sin el menor sonrojo y con el mayor descaro, el enésimo intento de discriminación hacia la Región de Murcia. A este programa que nos jode la marrana, para hacértelo fácil, Óscar le ha puesto por nombre 'Dora', que viene a representar una especie de 'documento para la regulación aeroportuaria'. Dora, la exploradora, es un personaje infantil al que conozco bien por imposición de esos capitanes tapones, mis nietos, que han llegado a mi vida para cambiarme horarios, preferencias y costumbres (el duro oficio de abuelo, ya sabes; o ya sabrás). Dora va siempre acompañada de un mono que atiende por Botas y ambos se especializan en ser defensores de causas perdidas. La cosa viene al pelo porque esta Dora aeroportuaria del ministro Puente nos planta ante nuestras narices la realidad de otra causa perdida con este ministro y con este Ministerio: el aeropuerto de Corvera. Van a repartir fondos, ayudas en inversiones, por un valor total de trece mil millones de euros, pasta muy gansa, en todos los aeropuertos de España, menos en el de la Región de Murcia. Todos menos Corvera. Tapábase la tía Maricuera... y se dejaba el culo fuera.
Aeropuerto. Recuerdo que en cierta ocasión acudimos al despacho de uno de los turoperadores más importantes del mundo, pieza clave para un relanzamiento internacional de nuestra oferta turística regional, el presidente Valcárcel, el entonces consejero de la cosa, Juan Antonio Megías, y un servidor. Después de casi una hora hablándole al poncio mundial del sector, de las excelencias y bondades de la «mejor tierra del mundo» (panochari Miras dixit), aquel magnate de paquetes turísticos, con gesto solemne y en tono hierático, nos vino de decir a modo de despedida:
–Todo eso que me cuentan está muy bien. Pero cuando tengan en su región un aeropuerto en condiciones no se olviden de volver.
El aeropuerto de Corvera salió adelante por iniciativa privada entre otras cosas porque, también en materia aeroportuaria, Murcia siempre ha estado por detrás, muy por detrás, de Alicante. Con estos, con los otros y con los de más allá. Tú ya me entiendes. Lo grave de la decisión de Puente es que ahonda en la herida. Y no me vale que el aeropuerto de Alicante sea propio y el de Murcia, una concesión. Estamos hablando de servicio público, de igualdades y, sobre todo, de desigualdades. Deuda histórica de esas que reclaman sin que nadie les tosa, rufianes, oteguis y puigdemones. La brecha con Alicante, nuestro gran competidor, será todavía mayor a partir de ahora porque está previsto que se lleve el mayor paquete de inversiones de los trece mil millones en cuestión. En los planes de Puente está aumentar en un treinta por ciento la terminal alicantina. Si no quieres caldo, toma tres tazas.
Enemigo. No deja de ser curioso que la excusa para dejar a Corvera fuera del pastel sea que es un aeropuerto de iniciativa privada cuando el propio Pedro Sánchez, en el acto de presentación y parto del reparto, vino a destacar el modelo «híbrido público-privado» (sic) de Aena que permite conseguir una «excelencia de gestión». Consejos vendo, que para ti no tengo. A este paso el gobierno Sánchez le va a dar la razón al empresario murciano y uno de los impulsores del aeropuerto de Corvera, Luis del Rivero, cuando asegura que «hemos dejado el aeropuerto en manos del enemigo». Blanco y en botella.
Tibios. Una nueva bofetada a la Región que sumar, 'for example', a la de la infrafinanciación autonómica, el cierre del Trasvase, el olvido de la línea ferroviaria por Chinchilla o esas ayudas prometidas al Mar Menor cuya mayoría duerme el sueño de los justos. La respuesta del Gobierno regional ha sido tibia, propia de un Gobierno tibio con flor de malva y bálsamo bebé, al que Miras se afana por poner las pilas. El pepé regional, tres cuartos de lo mismo. La Croem, que en tiempos de Miguel del Toro o Clemente García se movilizaba con estos estos temas, hoy mantiene el perfil bajo de su presidente, Miguel López Abad, más ocupado en despedir a Avilés para evitar injerencias de Albarracín o en fichajes 'galácticos' y, sin duda, brillantes como el rector Luján, que en otras cuestiones. Intendencia interna por encima de la proyección e implicación social, para resumírtelo.
Y luego nos queda Paco Lucas, nuestro flamante delegado del Gobierno. Que no lo tiene nada fácil, no te vayas a creer, porque va a ser muy difícil sacarnos del furgón de cola. Todo lo que no sea conseguir que Corvera quede plenamente integrado en este plan de reparto, será un fracaso. De unos más que de otros. Pero, al final, de todos. Habrá migajas, ya te lo anticipo, para seguridad y mantenimiento. Que no te vayan a vender la moto. Eso,comparado con lo que le van a dar a los demás, pan, pijo y habas.
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