La vieja Condomina, un siglo después
El estadio se inauguró el día de Navidad de 1924. Fue jueves y el acontecimiento deportivo no decepcionó a quienes lo esperaban desde hacía tiempo
En los primeros días de diciembre, la prensa regional anunciaba la inauguración del 'Stadium' de fútbol de La Condomina para el día de Navidad de ... aquel año 1924. Fue jueves, y el acontecimiento deportivo no decepcionó a quienes lo esperaban desde hacía tiempo.
«El incremento que ha tomado el deporte en España, hace que sea imprescindible la construcción de 'stadiums' en aquellas capitales que quieran ser algo en el concierto deportivo español. Murcia lo necesitaba», decía el diario 'El Liberal' la víspera de la inauguración. «La importancia del club, que lleva el nombre de la ciudad, se merecía un escenario digno de él, y su titular, el Real Murcia, primer campeón de la Región Levantina, lo necesitaba», insistía el mismo diario regional.
Efectivamente, los pronósticos se cumplieron, y el día de Navidad, como estaba anunciado, a la temprana hora de las dos y media de la tarde, el provisor del Obispado José María Álvarez Caparrós, en representación del anciano obispo Vicente Alonso Salgado, bendijo el estadio, abarrotado de aficionados, mientras sonaba la Marcha Real, interpretada por la Banda de Música de la Diputación Provincial, con los equipos contendientes en el centro del campo: el Real Murcia y un equipo catalán: el Martinec (equipo barcelonés, fundado en 1909 en el barrio de El Clot, que, según el diario ya mencionado, «viene precedido de la justa fama que ha conquistado en sus recientes triunfos»). Dirigió aquel primer encuentro el árbitro murciano Sr. García Calvo, auxiliado por los 'linesman' señores Ortega y Servet. Ambos capitanes se intercambiaron sendos ramos de flores. El saque de honor ('kick-off' se decía entonces), lo hizo Josefina Pardo (quien recibió a continuación los dos ramos de flores de manos de los mencionados capitanes), hija del empresario Luis Pardo, presidente del equipo local, quien en sólo un año ostentando la presidencia del club, había logrado hacer realidad el ambicioso proyecto del primer 'Stadium' de la historia regional.
El resultado final fue favorable al Real Murcia, que venció al Martinec por tres goles a uno, siendo el murcianista Arino quien, tras un pase de Thomson, marcó el primer gol en la historia del viejo estadio de La Condomina, ante la impotencia del portero visitante Calleja.
En aquel primer partido se dispararon cuatro córneres contra el Martinec y sólo uno contra el Murcia. Según la crónica deportiva del día siguiente, firmada por un tal Gambrinus, el árbitro, García Calvo, fue «totalmente imparcial».
Al día siguiente (Segundo día de Pascua, en la terminología de la época), un nuevo partido enfrentó a los mismos equipos, en este caso arbitrado por Federico Servet, presidente del Colegio de Árbitros de la Región. Empataron en esta ocasión a dos goles. Y es que los de aquí, caballeros ellos, no dejaron al equipo visitante marchar con mal sabor de boca.
Sugiero al club, al cumplirse un siglo de su ya viejo estadio, organizar el 'Encuentro del Centenario' invitando de nuevo al Martinec, aún en el mundo futbolístico catalán, a medir sus fuerzas con el nuestro, tanto tiempo después.
Para terminar diré que aquel 25 de diciembre, hace cien años, se celebró la primera carrera ciclista regional: Murcia-Alhama-Murcia, a la que me referí día atrás; e inauguró exposición de pintura, en el Círculo de Bellas Artes, el pintor y crítico de arte Luis Gil de Vicario.
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