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Irse

Si te vas de una empresa, de un proyecto o de un club de fútbol, debes respetar los plazos, avisar con tiempo y hacer el menor ruido posible para que, si algún día necesitas volver, puedas encontrarte las puertas abiertas

Viernes, 15 de junio 2018, 23:28

No, tranquilos, no voy a hablar de Lola Flores y su mítica frase: «si me queréis 'irsen'», que quedó para los anales y que me pirra. Tampoco es un artículo sobre temas sexuales, no. Me gustaría hablar de lo importante que es saber irse, con clase, sin hacer ruido y en el momento adecuado, y no como ha hecho Lopetegui y un gran club, con señorío, como es el Real Madrid. O debería serlo, ¿no?

Marranada. Si buscas marranada en la Enciclopedia Británica, sale lo que ha hecho nuestro seleccionador nacional que ha sido cesado fulminantemente y me parece muy bien. Veamos, es raro el Mundial o la Eurocopa en que jugadores emblemáticos de distintas selecciones no se ven en el centro del huracán, en el foco mediático, porque terminan contrato en junio y hay equipos que se los disputan. Normalmente, dichos jugadores, por amor a su selección, por decencia y por discreción, suelen decir «no toca» o «ahora lo importante es la selección», para desvelar su destino después de terminado ese compromiso. Y, ojo, si no lo hacen así, la opinión pública y la prensa deportiva les dan hasta en el cielo de la boca.

Impresentable. No sé quién me parece más impresentable, si el seleccionador o el papel desarrollado por el Real Madrid. Un equipo que, dicho sea de paso, siempre se ha vanagloriado de llevar la imagen de nuestro país allende los mares y de ser un símbolo patrio, no como otros, cuyo presidente dice que «va con Argentina». Y sí, me refiero al presidente del Barcelona. Por eso, es inconcebible que un equipo señor como el Madrid, que tiene un código de conducta con más tomos que la Espasa, desvele que le ha quitado el entrenador a la mismísima selección española y encima lo haga dos días antes de comenzar un Mundial. ¿Se puede estar más equivocado? ¿Se puede ser más torpe? ¿Cómo iba a soltar arengas a los jugadores en el vestuario, pidiendo que se dejen la piel si él mismo está con un pie fuera del asunto?

Hay que tener clase hasta para irse. Por eso, creo que es importante destacar que en la vida hay que saber irse. Y no lo digo por buenismo, sino porque si te vas de una empresa, de un proyecto o de un club de fútbol, debes respetar los plazos, avisar con tiempo y hacer el menor ruido posible para que, si algún día necesitas volver, puedas encontrarte las puertas abiertas. No es el primero que se va de una empresa a otra, fichado con un dineral, superdespacho y secretaria, para luego tener que volver con el rabo entre las piernas al lugar que te hizo grande. Me parece ejemplar el cese de Lopetegui . Un tío al que solo recuerdo por darse un castañazo en directo en un programa de TV, porque no nos engañemos, este tío no es ni Luis Aragonés, ni Benítez ni Cruyff.

Vaya par. En todo este asunto llama la atención el papelón que han hecho los dos equipos emblema de nuestra liga. Uno, el Madrid, reventando la concentración de La Roja. El otro, el Barça, con las declaraciones de un presidente que falta al respeto a sus propios jugadores y a todos los españoles diciendo que «va con Argentina». Luego, cuando juegue con un equipo extranjero, pretenderá que los españoles vayan con el Barcelona. Fui culé durante muchos años. Antes de lo del 'Dream Team', cuando en este país de gente que apuesta por el caballo ganador, ni Dios iba con el Barça. Acabé harto de la politización que ha afectado a este club, y dejé de seguirlo al ver que hacían una de las cosas más mezquinas que hay en la vida: mezclar política y deporte. Si hay un lugar donde un negro le puede soltar dos sopapos a un blanco sin que lo detengan, un gay a un hetero, un meritorio a una estrella, y luego acabar el partido y echarse unas cervezas como amigos, ese es el ámbito del deporte. Donde todos somos iguales, donde admiras al rival que es mejor que tú, independientemente de la raza, el sexo o la orientación sexual. Y eso es cojonudo. Pues bien, hasta esto se lo han cargado los nacionalistas con z. Creo, que visto lo visto, los aficionados deberían obviar a estos clubes, a los que los árbitros tratan no con mimo sino con descarado favoritismo, y volver su mirada hacia el Calasparra, el Tomelloso o, ya de paso, a un equipo que es de los que sufren, español y que no hace marranadas: el Atlético. He dicho.

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