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Exilio en la calle mayor

En los pasaportes deberíamos poder elegir el nombre de nuestra patria. Algunos pondrían su tierra, otros su barrio

Sábado, 23 de abril 2022, 09:19

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En la tienda Nintendo del Rockefeller Center, en Nueva York, exhiben un tesoro arqueológico. En una vitrina de cristal blindado hay una Game Boy color ... marrón desierto, con textura rugosa y huellas de bota, algo muy raro. Estaba en la tienda de campaña de un marine durante la primera Guerra del Golfo. La tienda fue bombardeada, la consola se quemó y por eso tiene ese aspecto como de Jurassic Park, pero sigue funcionando. En el edificio icónico del capitalismo mundial una máquina fabricada para relevar a los niños de la tarea de soñar e imaginar demuestra que es como el propio capitalismo: indestructible. La ciudad resplandece, ajena a las crisis climáticas, a la guerra de Ucrania, incluso a la pandemia. La gente lleva mascarillas y las calles están llenas de camiones que venden la vacuna de Pfizer a 12 dólares, junto a laboratorios móviles para test rápidos. Al igual que la Game Boy, de la misma manera que la libertad de mercado que abandera, Nueva York luce invencible ante todo y todos, batida por el viento que sopla desde Groenlandia, iluminada por millones de bombillas que desafían la guerra energética. La 'city' parece decir: «Seré lo último que quede cuando todo se vaya al traste».

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