Un paso adelante
Trump es el único capaz de frenar a un aliado israelí cada vez más aislado, aunque su plan de paz necesita aún más desarrollo
El plan de paz presentado por Donald Trump a Benjamin Netanyahu puede ayudar a terminar con una guerra que ha se ha llevado por delante ... miles de vidas y sacude a diario la conciencia de millones de ciudadanos en todo el mundo. Hay muchos puntos del borrador de acuerdo que deben desarrollarse y ser aceptados por interlocutores ausentes ayer de la negociación en la Casa Blanca, desde Hamas hasta algunos países vecinos llamados a prestar su colaboración. Por otra parte, el primer ministro israelí, responsable de la masacre de Gaza, es conocido por su capacidad de aceptar unos principios y encontrar más adelante la manera de evitar su puesta en práctica. En la reciente Asamblea General de Naciones Unidas, Netanyahu prometió seguir luchando. Asimismo, criticó el reconocimiento del Estado palestino como una concesión al terrorismo de Hamas. Hacía tiempo que se esperaba una intervención del presidente de Estados Unidos, el único capaz de frenar a un aliado israelí cada vez más aislado. Trump no lo hizo tras bombardear las instalaciones nucleares de Irán, cuando podía haber exigido un alto el fuego inmediato en Gaza. El plan que ha presentado ayer con su particular manera de expresarse, errática y con brocha gorda, exige la liberación inmediata de los rehenes israelíes, ofrece una amnistía a los miembros de Hamas que abandonen la lucha contra Israel y prohíbe los desplazamientos forzados de los gazaties y la anexión israelí de Cisjordania. También contempla el control temporal de Gaza, que quedaría desmilitarizado y bajo una autoridad internacional, cuyo consejo estará presidida por el propio Trump. Contaría con la colaboración limitada de la Autoridad Nacional Palestina y el apoyo de una fuerza de mantenimiento de la paz integrada por países árabes. La posibilidad de que Tony Blair tenga un papel relevante en esta transición es una idea polémica. El ex primer ministro británico no es una figura muy apreciada en el mundo árabe y su demostrado afán de lucro es otro elemento que le lastra. La solución de los dos estados que se reconozcan y convivan, apoyada por muchos países, aparecería en el horizonte si se dan todos los pasos señalados, pero no es una idea aceptada por la mayoría de los ciudadanos de Israel y Palestina. Estamos ante un paso adelante, que debe frenar la guerra sin restricciones desatada por Netanyahu como respuesta a los atentados terroristas de Hamas del 7 de octubre. El principio de que nada está acordado hasta que todo está acordado se aplica aquí más que nunca.
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