¿Cuándo una democracia está amenazada?
No hay condiciones sociales y laborales que permitan a la gente realizarse, desarrollarse, encontrar su sitio, poder crear una proyecto vital y arraigarse
En esta vida no hay nada seguro y menos si no se sabe cuidar o crear el marco adecuado para que se mantenga y, todavía ... mejor, para que se profundice. En este caso, me estoy refiriendo a la democracia, a nuestra democracia, que tiene el adjetivo de representativa, en un estado social y que «propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político» (Artículo 1 de la Constitución Española).
Por eso, ante la pregunta de si la democracia está amenazada, está en peligro o se ha troceado o reducido a la mínima expresión, mi respuesta es que sí, que la democracia está amenazada y esta amenaza viene de una deconstrucción desde hace muchos años.
Voy a concretar los argumentos en los que me apoyo para afirmar que la democracia se ha debilitado, ha decrecido y está amenazada.
La democracia está amenazada porque no hay condiciones sociales y laborales que permitan a la gente realizarse, desarrollarse, encontrar su sitio, poder crear una proyecto vital de familia y arraigarse. Si los jóvenes no encuentran condiciones sociales y laborales que les den la oportunidad para ejercer el trabajo, la profesión para la cual se han preparado con esfuerzo y sacrificio, incluido el económico, dejan de creer en la democracia. Se suele escuchar: ¿para qué me sirve la democracia si al final no puedo trabajar y tengo que irme a otro país, sin posibilidad de poder formalizar una relación estable con mi pareja?
La democracia está amenazada cuando se construye el sistema social en base a la precariedad laboral, la eventualidad, al empobrecimiento, a un trabajo que no es digno, ni estable ni seguro; a un trabajo que no me permite llegar a final de mes.
La democracia está amenazada cuando los derechos no se blindan, como puedan ser el derecho a una pensión digna, a la vivienda, a una prestación social adecuada que me permita vivir en los momentos de dificultad, a la sanidad pública y a la educación pública...
La democracia está amenaza cuando los bulos y las noticias falsas ocultan la verdad, cuando se manipulan las informaciones y las noticias, cuando ya no se sabe dónde está la verdad o la mentira y el engaño y, sobre todo, cuando la mentira vence a la verdad.
La democracia está amenazada cuando las élites económicas, financieras, sociales y políticas causantes de la pobreza y la miseria hacen que veamos en los inmigrantes, en los refugiados, en los más desfavorecidos, la causa de todos los males. Los convierten en el enemigo común, y se anuncia a bombo y platillo que van a ser perseguidos y expulsados por los que se autoproclaman los salvadores de la patria. La democracia está amenazada cuando se nos enseña a odiar, a humillar, a explotar, a rivalizar. Mientras las élites acaparan todas las riquezas, los más empobrecidos luchan entre sí por ese trabajo precario y en condicione indignas, por esas migajas de una economía que mata, como bien dice el Papa Francisco.
La democracia está amenazada cuando desde determinados sectores se apropian de los símbolos de identidad como son la bandera, la patria, las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad. Se apoderan de tal manera, que a otros sectores les hacen sentirse incómodos cuando se tienen que identificar con estos símbolos.
La democracia está amenazada cuando no hay democracia interna en los partidos políticos, cuando funcionan como una partidocracia, apartando a los críticos. La democracia está amenaza cuando te engañan en los programas electorales con promesas que al votante le gusta oír, sobre todo, en los eslóganes, y que no van a cumplir. La democracia está en peligro cuando la ciudadanía vota y delega su responsabilidad en la clase política, olvidando que cada ciudadano debe construir sociedad cada día.
La democracia está amenazada porque se ha puesto en venta la propia democracia a través de la privatización de los servicios públicos. La democracia está amenazada por la corrupción político-empresarial, la descapitalización del Estado, el clientelismo y el amiguismo.
En definitiva, la democracia está amenazada porque nos dejan sin futuro, sin horizonte. Está amenazada porque la mayoría no reaccionamos para construir una democracia desde la libertad, la justicia, la fraternidad, la ecología, el feminismo y la inclusividad.
La democracia está amenazada porque hemos renunciado a la utopía, a creer en ese otro mundo posible y dejarnos llevar por esas voces que solo buscan el poder absoluto, sin cortapisas para implantar una mal llamada democracia desde el poder, la ambición, el odio y la violencia.
La democracia solo se puede construir desde los derechos humanos, desde la dignidad humana, desde el afecto, la ternura, la honestidad, la honradez, el encuentro, la amistad, el diálogo, el respeto, la cooperación y el amor. Y, todo esto, construirlo y vivirlo en mi vida, en los ambientes, en las instituciones y en las relaciones internacionales. Queremos una verdadera y auténtica democracia que saque lo mejor de cada persona, que conecte con nuestras bondades. Cuando sacan lo peor de nosotros no es democracia, es la maldad revestida de política. Hay que optar.
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