Una detrás de otra
En los últimos 20 o 30 años, han surgido más agentes patógenos que con anterioridad, acelerándose las pandemias y epidemias asociadas
Estos días atrás, justo en el momento en que nos estamos enfrentando al punto álgido de la gripe estacional de todos los años, la directora ... del prestigioso Instituto Pasteur de París, referencia internacional en el estudio y control de las enfermedades infecciosas, hacía unas declaraciones que podríamos al menos definir como preocupantes. Estas se referían al incremento de la frecuencia en la aparición de las infecciones víricas y bacterianas a nivel global registrado en las últimas décadas, y lo que tal vez es aún más determinante, el impacto de las mismas. Según sus datos, en los últimos 20 o 30 años, han surgido más agentes patógenos que con anterioridad, acelerándose, de igual manera, las pandemias o epidemias asociadas a su presencia. Ciertamente y, aunque estas palabras no generen sorpresa o algo inesperado en la comunidad científica o médica, lo cierto es que siempre hay que tomarlas en consideración cuando provienen de centros de tanta reputación como el francés.
Lo cierto es que, haciendo un poco de memoria, no es difícil que nos vengan a la cabeza noticias asociadas a la viruela del mono, a la enfermedad del Nilo o al virus de Crimea-Congo, todos ellos presentes ya en España y generando temor e incertidumbre en algunas latitudes de nuestro país. Qué decir de la covid-19 o la más reciente amenaza ocasionada por la gripe aviar, que ha desatado una situación verdaderamente compleja en un país tan avanzado como los Estados Unidos.
Si buceamos un poco en el ámbito animal, es fácil incorporar a este potente listado otras infecciones como la viruela ovina, la enfermedad hemorrágica epizoótica o la lengua azul, de enorme trascendencia sanitaria y económica para nuestra cabaña de rumiantes, por no mencionar la innombrable peste porcina africana, que campa por Europa y que, afortunadamente, aún nos da tregua. Crucemos los dedos. Lo curioso de todos estos eventos es que, salvo alguno de ellos, su presentación en nuestro país no excede un periodo superior a 5 años, lo que parece dar la razón a la colega francesa en sus afirmaciones y advertencias.
La globalización facilita enormemente la movilidad de los patógenos
Por tanto, la cuestión planteada es ciertamente muy seria y de entre algunas de las preguntas que a todos nos pueden surgir, una es evidente, ¿por qué puede estar sucediendo todo esto?
Ciertamente, no hay una sola razón o motivo, sino un conjunto de factores que interaccionan permanentemente y pueden explicar esto que estamos viviendo. Por un lado, tenemos una globalización absoluta de nuestro día a día que facilita el movimiento de personas y mercancías en tiempo récord, lo que también facilita enormemente 'la movilidad de los patógenos'. A este factor debemos unir el tantas veces mencionado cambio climático que, con el ascenso de temperaturas, facilita, por ejemplo, la supervivencia prácticamente todo el año de mosquitos o garrapatas, entre otros. Vectores que son fundamentales para la transmisión de algunas enfermedades ya instauradas en zonas geográficas que el frío hacía casi inexpugnable para ellas.
Muy relacionada con estos factores se encuentra también la cuestión medioambiental. El deterioro de muchas zonas del planeta, la deforestación, el cambio de uso de los suelos... todo ello facilita interacciones entre especies, o con el propio ser humano, que antes no sucedían. Facilita 'encuentros casuales' de los virus o bacterias que portan y que serían impensables con anterioridad. Todo ello, esa mezcla y contacto, puede generar nuevos agentes infecciosos o su llegada y adaptación a nuevos hospedadores que puedan ser receptivos a la infección.
No existe una solución fácil para un problema tan complejo. Hay que invertir tiempo y recursos en concienciar e informar a la población, prevenir al máximo el deterioro medioambiental y limitar al máximo todas las conductas que incrementen el riesgo de tener desafortunados encuentros. Una situación como esta no cambia a corto plazo. Pero pongamos todo lo que está de nuestra parte para estar vigilantes y preparados ante estos episodios que, seamos conscientes, seguirán llegando a nuestro día a día.
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